Yun House: un hotel boutique donde antes había viejas granjas.
El reto para los arquitectos fue asumir un enfoque sensible a la cultura local, teniendo en cuenta que el pueblo actual se encuentra cerca del nuevo resort. El diseño del hotel y el paisaje que lo rodea se funden con la estructura de la aldea original, sin entrometerse en el entorno de su habitantes.
Los edificios antiguos fueron adaptados para dar cabida a la vida contemporánea del hotel. El restaurante de nueva construcción adopta una presencia discreta gracias a la carpintería de acero de las cristaleras pivotantes, que contrastan con los bloques de piedra toscamente cortados de origen local. Las persianas de madera y las tejas de terracota proporcionan una rica experiencia táctil.
El diálogo espacial y sentido de continuidad entre las viejas y las nuevas construcciones mantienen un orden de simbiosis entre lo foráneo y lo local.
Cada una de las nueve casas consta de cuatro habitaciones con un espacio compartido en el centro. El mismo principio de diseño se extiende en el espacio interior del hotel y sus 23 habitaciones: la armonía entre personas, espacio, luz y paisaje.
El exterior de los edificios viejos era modesto y sin pretensiones; se ha querido seguir conservando esta humildad en el interior de las casas. Los materiales principales utilizados han sido el bambú, la madera, el acero galvanizado, y los acabados de hormigón y piedra lavada. La mayoría de vigas y puertas de madera son las originales, que han sido renovadas y reutilizadas en el proyecto.