Charlotte Perriand. Houzz nos presenta al icono femenino del s. XX
Charlotte Perriand: Una vida dedicada a la creación
Fue una de las figuras más destacadas del movimiento moderno y autora de icónicos diseños del siglo XX. Nacida en París en 1903, desde muy joven se interesó por el diseño. Con 17 años ingresó en la Escuela de la Unión de las Artes decorativas de París, donde pronto advirtió que el estilo clásico y la tradición artesanal no iban con ella. Allí se dio cuenta de que quería dedicarse a investigar las posibilidades proyectuales de los nuevos materiales. Sus primeras obras se inspiraban en los diseños de las bicicletas o de los primeros automóviles que empezaban a circular por París. Muy pronto se haría un nombre en el mundo del diseño y la arquitectura, algo inusual para una mujer, en una profesión tradicionalmente dominada por hombres.
A los 24 años entró a trabajar en el estudio de Le Corbusier y Pierre Jeanneret, como responsable del mobiliario y los interiores, lo que se conocía como “equipamiento de la habitación”. Pero Charlotte Perriand ya había solicitado antes trabajo en el estudio del famoso arquitecto. Y es de sobra conocido lo que le espetó Le Corbusier: “Aquí no bordamos cojines”. Poco después, en el Salón de otoño de París de 1927, Perriand impresionó a Le Corbusier con la representación del bar que había creado en su ático, Bar bajo el techo, en acero cromado y aluminio anodizado. Este proyecto de interiorismo le abrió, ahora sí, las puertas del estudio.
Con una Francia ocupada y una Europa en guerra, de repente se encontró viviendo en Indonesia y Vietnam. Allí tuvo contacto con el Movimiento Mingei, una corriente artística japonesa, y poco a poco empezó a plasmar esta influencia en sus diseños, interesándose por materiales orgánicos y naturales como el bambú o la madera.
.De esta etapa, destaca su reinterpretación de la chaise longue LC4, en la que sustituyó los tubos de acero por 12 láminas de bambú. Esta pieza icónica está editada hoy por Cassina y forma parte de su colección I Maestri. Se encuentra disponible, además de en su material original, en teka y en haya.
A su vuelta a París continuó con su creativa vida, trabajando como fotógrafa y arquitecta además de diseñadora. Como fotógrafa, destacan sus imágenes de la naturaleza, de la que era una apasionada. Como arquitecta, profundizó en la búsqueda y estudio de nuevas formas de habitar, una preocupación constante en su trabajo, lo que se tradujo en el desarrollo de viviendas modulares y prefabricadas.
A partir de 1950, y hasta el fin de su vida, trabajó en su estudio de París, donde siguió colaborando con grandes diseñadores y arquitectos de la época como Jean Prouvé, Lucio Costa y Oscar Niemeyer, entre otros. En la década de los 60, produjo su obra arquitectónica más relevante: unos apartamentos de montaña en la estación de ski de Les Arcs en Savoie. Para este complejo de viviendas, diseñó las sillas y taburetes Les Arcs.
.Su longeva vida –falleció en 1999– hizo posible que recibiera en vida un merecido reconocimiento, con una exposición de su obra en el Museo de las Artes Decorativas de París en 1985 y con la publicación en 1998 de su biografía titulada Charlotte Perriand: A Life of Creation. An Autobiography (The Monacelli Press, NY 2000). Un título muy apropiado para una vida en la que la discreción y el trabajo fueron su mejor aval para conseguir triunfar en un campo dominado hasta ese momento por hombres.
Su influencia y repercusión fue internacional, sobre todo gracias a la amplia difusión de la que gozaron sus obras y a sus largas estancias en Asia, donde el movimiento moderno tuvo gran repercusión en el diseño industrial.
.En esta imagen podemos ver los taburetes Méribel y Berger, ambos diseñados para su chalé en Méribel, Francia. En el centro, se encuentran las mesas Pétalos (1951), uno de sus diseños más conocidos. Todas estas piezas están producidas hoy por Cassina.
Su generosidad y su disposición para el trabajo quedaron muy bien reflejadas en estas palabras: “La creatividad es espontánea, pero para preservar su frescura, mientras se busca su perfecta ejecución, necesita ser alimentada, enriquecida por todos los miembros del taller. No hay rivalidad, sólo sinergia”.
Charlotte Perriand dejó un amplio legado, del que todavía hoy podemos disfrutar en forma de muebles.
Texto de Patricia Gubieda, colaboradora de Houzz España.