La mágica transformación de una planta baja en el barcelonés barrio de Sarrià, obra de Isabel López Vilalta.

Situada entre medianeras y con un patio interior, esta vivienda se encontraba en un estado de conservación muy precario, con humedades, deficiente saneamiento y termitas en las vigas de madera. La reforma tuvo como objetivos mejorar la distribución de los espacios y, también, de la luz natural, así como mejorar las condiciones de confort térmico. Para ello, parte del perímetro se ha trasdosado y se ha hecho un forjado sanitario ventilado en toda la vivienda.

La nueva distribución interior coloca los espacios comunes cerca del patio, abriéndose a él en toda su anchura, buscando una nueva relación con el exterior. Asimismo, una bancada de muebles recorre todo un lateral de la vivienda, donde también se encuentra la cocina.

La rehabilitación ha buscado ser respetuosa con el pasado del edificio, su memoria y sus rastros. Las puertas recuperadas son un claro ejemplo de ello, que en el caso del dormitorio principal conforman el cerramiento de este nuevo espacio.

Todos los materiales utilizados tienen voluntad de sencillez y naturalidad. Para ello se han utilizado tres acabados: brillante en los armarios de la cocina, mate en el pavimento y cálido en la madera reutilizada.

Por último, la vivienda se ha equipado con los últimos avances domóticos, integrados en la instalación eléctrica y audiovisual. A su vez, el sistema domótico permite controlar el gasto energético abriendo o cerrando las persianas en función de la incidencia solar, o generando una ventilación cruzada cuando sube la temperatura interior. En cuanto al sistema de climatización elegido, es por suelo radiante alimentado con una máquina de aerotermia.