Eyescream: helados de Taiwan que cobran vida en la Barceloneta.
Eyescream es una heladería muy singular en la que se vende por primera vez en Barcelona shaved ice cream, helado raspado que viene importado de Taiwán y tiene una textura a medio camino entre el sorbete y el helado.
Este tipo de helado resulta poco atractivo para el criterio estético y gastronómico local: es una masa amorfa de helado con un montón de salsas y toppings cayendo por encima y a los lados. Así que desde Estudio M decidieron convertir este defectillo en virtud, creando una estrategia creativa alrededor de este hecho. Con la colaboración de los aventureros que han importado este producto, se decidió hacer un ejercicio de deconstrucción, separando los toppings del helado, y dotar de vida al helado con dos ojos de azúcar que lo convierten en un monstruito pleno de vida y personalidad.
El naming a partir de esta idea base surgió automáticamente: con la colaboración de Jorge Virgós surgió Eyescream, un juego de palabras que suena como helado en inglés pero habla de los ojos protagonistas y eje del diseño. Se crearon también diferentes personajes-monstruito para cada sabor, con un carácter e identidad propios.
El packaging combina sofisticación en concepción y sencillez en construcción: es una especie de bandeja en la que se encaja el envase del helado y dos envases más pequeños para los toppings (mermeladas, chocolate líquido, dulce de leche, lacasitos…).
El local es self-service para que el cliente pueda degustar sus helados «a medida»: el mostrador se compone de cajas de madera de bajo coste sobre las que se presentan todas las opciones anunciadas en la fachada atomizada que se convierte en rótulo informativo del producto cuando pivota hacia el interior.
Se ha creado toda la imagen corporativa desde un punto de vista cómico, simpático, que enlaza con todo el estilo del producto y el espacio. Además se diseñó un envase de agua muy especial, llamado «Tears of Joy».