Dosmasuno Arquitectos juega con los volúmenes del Centro de Servicios Sociales de Móstoles.
Estos dos factores han determinado un diseño que se ajusta estrictamente a las condiciones urbanísticas de la zona, incluido el volumen máximo permitido para la parcela, que no requiere mucho mantenimiento y que optimiza la distribución interna, especialmente en las zonas de circulación.
El resultado es un edificio compacto que respeta el medio ambiente, sin necesidad de recurrir sistemas tecnológicos avanzados, ofrece un espacio adecuado para el programa del centro y se adapta al presupuesto.
Del exterior, destaca la línea del edificio. Los arquitectos decidieron aligerar el volumen en varios puntos para generar espacios externos y accesibles que funcionan como áreas públicas o privadas, por ejemplo, salas de espera exteriores o zonas de descanso para los trabajadores. A nivel estético, estos vacíos verdes son la seña de identidad de edificio.
El edificio está recubierto de una rejilla de acero galvanizado lacada en blanco que actúa como un filtro térmico y visual, evitando el intrusismo desde el exterior, pero permitiendo la visibilidad desde dentro.
Un volumen singular alberga el acceso principal y la sala de usos múltiples. Ambos forman parte de un espacio continuo pero divisible que permite que la sala – la cual tendrá una baja frecuencia de uso – se fusione con el vestíbulo de acceso beneficiándose de la luz potente y coloreada que entra desde el exterior.