Silencio, el cineasta David Lynch estrena en París su primer local de copas.
David Lynch ha sintetizado en Silencio su sofisticado universo interior. El local tiene un pasado: construido en 1883, albergó entre sus paredes dos periódicos, L’Humanité y L’Aurore, famoso éste último por publicar en portada J’accuse (Yo acuso) de Emile Zola.
Doscientos años después, Arnaud Frisch, director del Club Social y de la productora musical Savoir Faire, ha resucitado aquel espíritu contestatario y, para el diseño interior de su local, ha escogido a David Lynch, que aunque más conocido como director y guionista de cine, es un artista multidisciplinar que combina pintura, fotografía, composición músical y escritura. Con Silencio, David Lynch se estrena como diseñador de interiores.
Silencio evoca los salones parisinos de los años 20. En él se ubican un espacio para conciertos, restaurante, biblioteca y un cine, todo ello reservado para una selecta clientela cosmopolita plagada de artistas internacionales con nombre propio. A partir de las 12 de la noche, el club se abre al público, aunque siempre cuidadosamente seleccionado entre la élite parisina.
Silencio está concebido, según su propietario, como un laboratorio, un espacio para el intercambio y los descubrimientos, del mismo modo que los círculos literarios del siglo XVII o los clubs privados del XVIII.
Lynch ha sabido imprimir cierta dosis de misterio, desde el diseño de los espacios hasta el mobiliario, que ha sido desarrollado por el diseñador Raphaël Navot, en colaboración con el estudio de arquitectura Enia y prestigiosas firmas de artesanía. Todo el mobiliario, textiles y materiales se han realizado expresamente para el club.
El dorado es la carta de presentación de Silencio. Las diferentes texturas crean juegos de sombras y luces. La madera también juega un papel fundamental y actúa de revestimiento protector.
Los volúmenes se consiguen crear a partir de juegos de luces, que aportan profundidad y amplitud para el cine, intimidad en la biblioteca o evocan un bosque encantado en la sala de fumadores. Los diferentes ambientes no son estancos y se concibieron teniendo en cuenta la transición entre ellos. La barra del bar es el eje alrededor del que actúan de forma circular los diferentes espacios.
La entrada principal está cubierta por una alfombra, diseño de David Lynch. El mobiliario también es de David Lynch, desde las sillas de cuero negro Black Birds, realizadas por Domeau & Peres, los sofás de la zona de biblioteca y los asientos del cine, con estructura de bronce. Estos asientos son el resultado de un meticuloso estudio ergonómico, con una inclinación reducida para permitir plena libertad de movimientos. Cada asiento cuenta con bandeja, lámpara y un amplio espacio alrededor.
Fotografías realizadas por Adam Bordow, Sabine Pigalle y Alexandre Guir.