Alejandro Aravena: el compromiso social y la innovación del ‘capitán’ de los Pritzker
El arquitecto chileno es presidente del jurado de los Premios Pritzker desde 2020. Con un interés especial por hacer viviendas asequibles, los aportes de Alejandro Aravena a la arquitectura contemporánea continúan siendo trascendentales.
Desafiar las normas
“Alejandro Aravena entiende los materiales y la construcción, pero también la importancia de la poesía y el poder de la arquitectura para comunicar en muchos niveles”. Con esta mención recibía el arquitecto chileno su Premio Pritzker en 2016. Desde entonces, Aravena ha estado estrechamente vinculado a los galardones de arquitectura, ocupando en la actualidad el cargo de presidente del jurado de los Pritzker.
Graduado en Arquitectura por la Universidad Católica de Chile, Alejandro Aravena ha despertado siempre un profundo interés por la arquitectura social y por desafiar las normas impuestas desde el sector. En 1994 fundó el estudio que lleva su nombre y en 2001 puso en marcha ELEMENTAL, una plataforma especializada en proyectos de interés público e impacto social. Este “do tank” se enfoca en viviendas, espacios públicos, infraestructura y transporte.
La trayectoria profesional de Aravena se ha reducido a los espacios más vulnerables de las ciudades donde el arquitecto chileno recibe encargos. En su país natal (donde es donde más se ha interiorizado por las problemáticas habitacionales), y en todo el mundo, Alejandro Aravena sigue intentando solucionar los problemas de vivienda y las inquietudes de las ciudades.
La innovación y la flexibilidad son pilares fundamentales en la obra de Aravena. Su enfoque en la construcción incremental y adaptable se refleja en varias de sus obras y en su rol académico, participando en jornadas, debates y cátedras universitarias en todo el mundo.
Del plan de reconstrucción de Chile a las oficinas de Novartis en Shanghái
Una de las obras más trascendentales de Alejandro Aravena fue la reconstrucción de la ciudad chilena de Constitución, tras haber sido afectada por un terremoto y tsunami en 2010. ELEMENTAL fue el estudio encargado de desarrollar un plan que contemplara un uso democrático del río y mejorar la cantidad y calidad de espacio público de la ciudad.
Otro de los grandes proyectos de Aravena en Chile fue el edificio para la Pontificia Universidad Católica de Chile (UCC), ubicado en Santiago. La estructura alberga laboratorios de investigación y espacios colaborativos, destacando por su diseño sostenible y su uso innovador de la luz natural. También en la UCC se encuentra el Centro de Innovación Anacleto Angelini. El edificio es un centro de investigación interdisciplinaria diseñado para fomentar la colaboración entre diferentes áreas académicas. Allí, Alejandro Aravena pudo desplegar todos sus conocimientos sobre la adaptabilidad para facilitar la innovación, el diseño sostenible y la flexibilidad de los espacios.
El edificio de oficinas de Novartis en Shanghái, China, también lleva el sello de Aravena. El chileno se centró en diseñar espacios de oficinas ideados para diferentes formas de trabajar, desde lo individual a lo colectivo y desde el punto de vista formal e informal. Otra de sus grandes obras en el extranjero fueron los St. Edward’s University Dorms en Austin, Texas (Estados Unidos). En el proyecto se puso en debate la cuestión del lenguaje y la apariencia del edificio en relación con los edificios antiguos del campus.
Incremental Housing
Además del master plan de Constitución, ELEMENTAL ha desarrollado más de 2.500 viviendas sociales de bajo coste, entre las que figuran algunas bajo el concepto de “la mitad de una casa buena”. La idea desarrollada por los arquitectos de ELEMENTAL consta de un diseño que deja espacio para que los habitantes de la vivienda completen ellos mismos sus casas. Este enfoque innovador, llamado “vivienda incremental”, permite que se construyan viviendas sociales en terrenos más caros y más cercanos a las oportunidades económicas y brinda a los residentes una sensación de logro e inversión personal.
Aravena ha trabajado en varios proyectos de vivienda incremental de Latinoamérica, como el caso de la Quinta Monroy, en Chile. Estos proyectos adoptan un enfoque de construcción gradual, donde las familias participan en la construcción de sus propias viviendas a lo largo del tiempo, circunstancia que les permite adaptarse a sus necesidades cambiantes.
La arquitectura colectiva
En varias ocasiones, Alejandro Aravena ha sentenciado que no existe la arquitectura individual. Incluso a la hora de recibir su Premio Pritzker en 2016, aseguró que la arquitectura es una disciplina colectiva. En ELEMENTAL, el chileno tiene como socios a Gonzalo Arteaga, Juan Cerda, Víctor Oddó y Diego Torres.
La obra de Aravena está también atravesada por su trabajo académico. Del 2000 al 2005 fue profesor de la Escuela de Graduados en Diseño de Harvard y también enseñó en el Instituto Universitario di Architettura di Venezia (2005), la Architectural Association de Londres (1999) y la London School of Economics.
En el mismo año en que recibió el Pritzker, Alejandro Aravena fue director de la Bienal de Venecia. Además. a día de hoy es miembro internacional del Real Instituto de Arquitectos Británico, de la Junta del Programa de Ciudades de la London School of Economics, del Consejo Asesor Regional del Centro David Rockefeller de Estudios Latinoamericanos y de la junta directiva de la Fundación Suiza Holcim. Aravena también es fundador de la Sociedad Chilena de Políticas Públicas; y líder del Laboratorio de Diseño de Helsinki para SITRA, el Fondo de Innovación del Gobierno de Finlandia.
Su vinculación a los premios Pritzker data de 2009, cuando se sumó al jurado y desde hace unos años es el presidente de este. Otros galardones que ha obtenido Alejandro Aravena fueron el Premio RIBA Charles Jencks 2018, el Premio ULI JC Nichols 2019 y el Premio a la Sostenibilidad de Gotemburgo en 2017, siendo el primer arquitecto en alzarse con el nombramiento.