Pia Capdevila Interiorismo reforma una casa en el techo de Barcelona
El estudio catalán se ha encargado de la remodelación y rehabilitación de una vivienda de 700 metros cuadrados en Pedralbes que respeta la huella de los estilos que han ido dejando sus antiguos inquilinos.
Una herencia con múltiples caras
El estudio Pia Capdevila ha finalizado un nuevo proyecto de interiorismo y decoración en Barcelona. En concreto, se trata de la remodelación y rehabilitación de una casa de 700 metros cuadrados distribuida en cuatro plantas en la que destaca, por encima de todo, las vistas panorámicas sobre la capital catalana.
Sin embargo, esta vivienda expresa un rasgo todavía más peculiar que sus impresionantes vistas, y son las huellas de los varios estilos que han ido dejando sus antiguos inquilinos. Desde su origen con un propietario griego, que se transmite mediante las columnas exteriores y la armonía de la fachada, hasta los trazos del último inquilino de origen ruso que ocupó el espacio, que se deja entrever tras el uso de los materiales nobles.
“El respeto por los trabajos artesanales realizados de forma maestra con materiales nobles nos llevó a hacer una valoración de cada uno de ellos para estudiar bien de qué manera se podía restaurar o rehabilitar para encajar a la perfección con el proyecto que nos habían encargado”, según subraya Pia Capdevila.
Distribución por plantas
Para la redistribución del espacio, el estudio siguió una serie de recorridos lógicos que buscaban adaptarse a los habitantes de la casa, reorganizando los nuevos espacios en las diferentes plantas. En esta dirección, las áreas de uso diario se ubicaron en los tres primeros pisos: la planta baja, la planta principal y la primera planta.
En la planta baja, con salida a nivel del jardín y la piscina, se encuentran la zona de servicio, el gimnasio, la habitación de juegos y una sala de cine. Por su parte, en la planta principal se ubica el salón comedor, la cocina y un dormitorio de invitados, mientras que en la primera planta se ubican la suite principal y dos dormitorios con sus respectivos baños.
Una sala única
Ubicada en la planta baja, la sala de cine, que ya existía en el proyecto anterior, se ha adecuado y mejorado en cuanto a acústica. Para ello, se ha instalado una moqueta sobre el suelo de mármol y se han revestido las paredes con tablero de lamas de madera que, además de aportar un aspecto más elegante, ayudan a potenciar la oscuridad. Las puertas y las ventanas de esta sala son totalmente opacas y no dejan pasar la luz.
El gimnasio se ha adecuado en cuanto a materiales y acabados. Además, se le ha añadido un segundo acceso al exterior para ganar luz y crear un rincón de office para dar apoyo al comedor y a la zona chillout exterior.
El eje central de la vivienda
El lugar más significativo de la casa es la planta principal. Las vistas que se abren desde cualquiera de las estancias de esta planta hicieron que Pia Capdevila decidiera ubicar en este espacio todas las estancias de la zona de día. El pavimento, que originalmente estaba compartimentado, se unifico con un parqué flotante para conseguir una mayor armonía estética.
El espacio abierto de salón-comedor se ha creado a partir de la unión de las dos estancias que originalmente eran independientes y contiguas. La librería de ebanista y la chimenea de mármol natural protagonizan este espacio creando un punto clásico y actualizado, conseguido gracias al color de la laca gris antracita de la librería de madera.
Por su parte, las formas y colores de los muebles del salón, como el sofá, las mesas y los pufs auxiliares, contrarrestan las líneas clásicas, aportando una combinación de colores y, a su vez, calidez en la estancia.
Respecto al comedor, esta habitación está protagonizada por una mesa de tres metros y sillas diseñadas por Pía Capdevila. Los acabados de la mesa y las sillas, junto con los cuadros y las tres lámparas de formas circulares que presiden el espacio, generan una combinación mágica de texturas y colores.
A la cocina de la vivienda se le dio una segunda vida mediante una reforma integral, sin necesidad de obras, donde el techo ha sido pintado de negro y se han resaltado las molduras de color blanco.
Las vistas a Barcelona
La primera planta estaba conformada por cuatro habitaciones que, tras las obras, se transformaron en tres dormitorios con baño propio; una de ellas en suite, que además suma un amplio vestidor.
La suite principal ocupa el espacio de dos de las habitaciones antiguas, y se distribuye en tres amplios espacios con el vestidor en el centro y el dormitorio y el baño a ambos lados.
Uno de los requisitos de los propietarios era poder disfrutar de las vistas a la ciudad desde cualquier rincón de la suite, incluso desde el cuarto de baño. Para conseguirlo, todo el espacio se ha ideado partiendo de un estudiado juego de espejos y reflejos.