Países Bajos, el ejemplo: el urbanismo de Amersfoort gana el premio a la ciudad europea de 2023
La ciudad holandesa ha trabajado para desarrollar un buen nivel de vida de sus habitantes. La sostenibilidad y el desarrollo urbano fueron las claves para que Amersfoort se gane dicho reconocimiento.
Calidad de vida, urbanismo y patrimonio histórico
En la provincia de Utrecht, en Países Bajos, se encuentra la poco conocida ciudad de Amersfoort con 160.000 habitantes. Su poca fama a escala internacional no la hacen menos merecedora del galardón que recibió recientemente a la ciudad europea del año. Pero, ¿qué hacen a Amersfoort tan especial? Su diseño urbanístico, la calidad de vida de sus habitantes y sus políticas de sostenibilidad fueron los pilares para lograr dicho reconocimiento.
La ciudad también supo conservar bien sus edificios históricos y su patrimonio arquitectónico y cultural. Todas estas características llevaron a la Academia de Urbanismo de Londres a darle a Amersfoort el premio de Ciudad Europea del Año, un reconocimiento profesional internacional que premia el diseño de las localidades, la variación en tipos de vivienda y las conexiones entre barrios.
El pasado septiembre, los miembros del jurado que otorga el galardón viajaron hasta Amersfoort y evaluaron su desarrollo urbano, su sostenibilidad y cómo se gestiona la ciudad. La conclusión de la Academia fue que la ciudad de Países Bajos se centra en el bienestar de los residentes, limita el uso de coches y cuenta con una gran oferta de viviendas asequibles y con altos estándares de calidad habitacional.
La Academia de Urbanismo de Londres está formada por científicos, políticos y especialistas de todo el mundo. Para el premio se evalúan ciudades europeas teniendo en cuenta el desarrollo urbano y regional de las mismas. El último reconocimiento fue para la ciudad italiana de Trieste, nombra la Mejor Ciudad Europea en 2022.
Patrimonio histórico
Su casco antiguo medieval, sobreviviente a bombardeos de guerras y al paso del tiempo, dotaron a Amersfoort de una belleza única, sumado a los canales que la atraviesas. Todo esto a ha hecho atractiva también para turistas que buscan una alternativa menos conocida y concurrida que Ámsterdam. Desde su construcción, Amersfoort fue considerada un punto central para la burocracia del país.
La torre de la iglesia de Onze-Lieve-Vrouwe y la puerta de entrada a la ciudad son algunos de los emblemas históricos de la ciudad. Ventajas como la funcionalidad y sostenibilidad se entremezclan con sus pintorescas calles, plazas y bonitos canales.
Amersfoort es la segunda ciudad de Países Bajos en recibir el reconocimiento de la Academia de Urbanismo de Londres. En 2015 el premio se lo llevó su hermana Rotterdam, la segunda ciudad más importante del país.
De acuerdo con el alcalde de Amersfoort, Lucas Bolsius, la ciudad ha ganado un fuerte protagonismo y alto crecimiento en los últimos cincuenta años. Además, se ha modernizado de manera significativa, proceso que ha sido posible, según Bolsius, al carácter de la ciudad.