Nostalgia, colores pastel y extravagancia: detrás del interiorismo de Wes Anderson
El cineasta estadounidense trabaja con un estilo tan característico que prácticamente lo ha transformado en su propio género. Lámparas Tiffany, papel pintado y un interiorismo cuidado al milímetro a cargo de los mejores jefes de decorados crean el universo de Anderson.
Del interiorismo a la gran pantalla
Con tan sólo ver el póster de una película podemos distinguir si Wes Anderson es su director. El cineasta estadounidense ha instalado una estética tan característica que hasta se ha transformado en su propio género, que ha sabido traspasar la gran pantalla. Pero ¿quiénes están a cargo de los inolvidables decorados de las películas de Wes Anderson?
El estilo ecléctico, con aires vintage y melancólicos, con colores pastel, tonos saturados y objetos decorativos del diseño más diverso hacen del interiorismo de Wes Anderson un sello propio e inconfundible. El artista ha trabajado con diversos directores de arte, fotografía y escenarios a lo largo de su trayectoria en la gran pantalla.
En la mayoría de sus películas, Wes Anderson repite a Adam Stockhausen como diseñador de producción. Junto a su director de fotografía y mano derecha, Robert Yeoman, Anderson conforma un equipo capaz de crear escenarios con un estilismo extremadamente cuidadoso, diseñado y armonizado dentro del caos estético que presenta.
Stockhausen ha trabajado como diseñador en varias películas de Wes Anderson. Desde El Gran Hotel Budapest, con la que el director saltó a la fama, hasta La Crónica Francesa o La Maravillosa Historia de Henry Sugar, Stockhausen da forma a los espacios donde suceden las historias más extravagantes narradas por Anderson.
Interioristas conforman un gran equipo de arte
Pero Stockhausen no trabaja sólo. En los últimos títulos de Anderson lo acompaña la interiorista Kris Moran, que ha sido la encargada de buscar la decoración y mobiliario en Life Aquatic, Moonrise Kingdom o Viaje a Darjeeling.
En una de las más recientes películas de Wes Anderson, La Crónica Francesa (2021), el interiorismo corrió a cargo de Rena DeAngelo. Así como otros interioristas que trabajan con el cineasta estadounidense, DeAngelo extrajo varias piezas de decoración de los mejores mercados vintage. En este caso, la interiorista pasó seis meses recorriendo tiendas de antigüedades francesas y mercados de pulgas en busca de muebles, antigüedades y objetos que se vuelven característicos en las escenas de la película.
Imágenes simétricas y edificios que cuentan historias
La simetría es una de las cualidades que más caracterizan a los films de Wes Anderson. The Royal Tenenbaums (2001) fue una de sus obras donde el estilismo cobró mayor importancia. En esta ocasión, el director trabajó con los decoradores David y Sandy Wasco.
La casa donde se desarrolla la película debía contar la historia familiar de los protagonistas y, por eso, Anderson se encargó de que la escenografía transmitiera a los actores la información que necesitaban para dar vida a los personajes. De esta manera, los suelos fueron decorados con alfombras antiguas de Turquía, lámparas Tiffany y objetos exóticos que remarcan el estilo ecléctico del director.
Para El Gran Hotel Budapest (2014), los escenarios y los colores pastel se llevaron el aplauso y recuerdo de los espectadores. Varias de las escenas del interior del hotel se rodaron en los grandes almacenes de Görlitz (Alemania), un opulento edificio Art Nouveau construido en 1929. De hecho, el impresionante vestíbulo del hotel de la película también fue fotografiado allí.
Otro componente fundamental en el interiorismo de Wes Anderson lo forman sus miniaturistas. El director filma varias de sus escenas en sets realizados en miniatura para poder comunicar todo el esplendor y universo de su estética. El diseñador de producción Simon Weisse construyó miniaturas para varias películas, dibujadas primero por Stockhausen, para luego ser construidas en miniatura.