Galarina: la silla de seis patas preferida de Dalí vuelve a cobrar vida de la mano de Alex March y Juan Pavón
La emblemática silla de seis pies, también llamada silla catalana, vuelve a ver la luz con un nuevo concepto y una nueva marca. Se trata de Galarina, la firma creada por el diseñador Alex March y el industrial Juan Pavón, que prevén lanzar otras cinco piezas de diseño propio a la colección.
Una nueva marca que retoma elementos del pasado
Hacia finales del siglo XIX un nuevo concepto de silla se introdujo en el universo del mueble. Un asiento de seis patas, con el respaldar alto y el asiento un poco más bajo que permite estar más reclinado. Este diseño, uno de los preferidos de Salvador Dalí, vuelve ahora más vigente que nunca de la mano de Galarina, la nueva marca de muebles que se estrena con esta silla de seis patas.
También conocida como silla catalana, el asiento fue concebido originalmente para favorecer la reclinación. La edición de Galarina es la primera que se produce totalmente fiel a la original y en varios colores. En concreto, la nueva silla de seis patas está disponible en tres tonalidades de madera y en rojo.
Las sillas originales de seis patas se producían con las denominadas maderas de ribera como la del olivo, que no ofrecen la calidad del haya con las que están hechas las nuevas.
Galarina es un proyecto de Alex March y Juan Pavón que empezó hace cuatro años, a raíz de unir el talento de estos dos profesionales del mundo del interiorismo y el diseño. Ambos apuestan por el buen diseño, por piezas que tengan algo que decir, que puedan aportar y merezcan ser producidas, en un contexto en el que se produce y consume más de lo necesario.
La silla de balca creada por Galarina conserva también sus tres travesaños en el respaldo y sus seis patas con torneado cónico. “La silla es cómoda, preciosa y puede utilizarse tanto en interior como en exterior, tiene este punto de fantasía y elegancia que van a estar presentes en nuestra marca”, explica Alex March.
Una silla reclinable con seis patas
También llamada silla catalana, el asiento tiene su origen a finales del siglo XIX, como variante de las sillas populares de boga. El uso creció mucho durante el Novecentismo para segundas residencias. En la parte de atrás hay un refuerzo con dos patas y un travesaño, situadas de forma perpendicular a las él detrás que servía para aguantar la ligera inclinación del respaldo.
“Si se toma un tiempo para contemplarla, se van viendo infinidad de detalles que hacen de ella una pieza excepcionalmente singular”, asegura March. Por su parte, la madera de haya es bastante ecológica, muy versátil y resistente y, bien tratada, resiste el exterior y la humedad. Además, adquiere una bella apariencia al aplicar tintes y barnices.
Detrás del proyecto Galarina también hay más profesionales. En el diseño de la nueva silla de seis patas han participado profesionales de la talla de Jordi Ruiz Mestres, desarrollador de producto que trabaja para marcas como b.d Barcelona o Tresserra Collection.
La nueva silla de seis patas es el primer proyecto de la marca Galarina. Los planes de la empresa contemplan el lanzamiento de otras cinco piezas de diseño propio que se sumarán a la silla que, de momento, sirve de aperitivo. “Debido a la relación de Juan con la industria del metal y la tradición de colaboración, los metales estarán bastante presentes en nuestras colecciones”, concluye March.