Interiorismo y diseño biofílico: así son las plantas artificiales de Bossvi que decoran hoteles y restaurantes.
Compartir, Grupo Barceló, Desigual o Ferrán Adrià son algunos de los clientes que ha tenido Bossvi a lo largo de sus casi 25 años de trayectoria. La empresa catalana de flores artificiales Bossvi ha logrado posicionar un producto que en interiorismo y uso doméstico no contó de entrada con buena aceptación.
Un cuarto de siglo imponiendo el uso de flores artificiales
Cuando Bossvi comenzó su andadura hace casi 25 años, las flores artificiales no tenían buena reputación. Sin embargo, el hobby y la vocación empresarial de Enric Bosser hicieron de Bossvi un negocio que ha logrado consolidarse y tener entre sus clientes a hoteles de la talla de Barceló o restaurantes del chef Ferrán Adrià.
“Logramos inventar algo diferente que los clientes comenzaron a valorar de manera muy positiva”, asegura Laia Ortuño, fundadora junto a Enric Bosser de Bossvi. La compañía abrió su primera tienda en 1999 en la calle Enric Granados en Barcelona donde contaba con pequeños clientes que buscaban arreglos para sus hogares. Pero el mayor salto lo dieron cuando comenzaron a trabajar a grandes escalas, en proyectos de decoración e interiorismo de hoteles, restaurantes o retail.
El tratamiento que reciben las plantas para que parezcan un arreglo natural es uno de los mayores baluartes de Bossvi. “Comenzamos a rentabilizar las flores y plantas artificiales hace casi una década, cuando ganaron mayor aceptación”, insiste Ortuño.
El auge también coincidió en un momento en el que diseñadores, interioristas y arquitectos comenzaron a entender que el efecto visual de restaurantes y tiendas era importante para generar un impacto en el cliente y en la experiencia de la marca.
Bossvi cuenta con un obrador en el barrio de Les Corts donde arma sus arreglos. En sus inicios, la empresa trabajaba con mayoristas catalanes, pero al cerrar sus puertas, la compañía se abastece ahora de socios de países europeos como Alemania, Bélgica, Francia, Italia y Holanda.
La pequeña tienda de Enric Granados también comenzó a crecer a la par del negocio. Hoy en día, Bossvi ha logrado trasladarse a un local más grande, ubicado en la calle Londres de la capital catalana y da empleo a catorce trabajadores de manera permanente. Durante la pandemia, la empresa lanzó su tienda online, pero insisten en que el asesoramiento y acabados son mejores en la tienda física.
Montajes de arreglos de plantas y flores alrededor de Europa
Las cadenas de hoteles son los mayores clientes para Bossvi. La empresa trabaja en conjunto con estudios de interiorismo como El Equipo Creativo, Molins Design o Pia Capdevilla, entre otros. Uno de los proyectos más recientes de Bossvi fue la decoración de la discoteca Fitz en Madrid, realizado de la mano del estudio Depoch.
La empresa catalana viaja alrededor de Europa para el montaje de diferentes proyectos. Recientemente, Bossvi trabajó en proyectos en Baleares (Ibiza) y en Ámsterdam, en arreglos que verán la luz próximamente.