Transforman la antigua cárcel de Reus en un equipamiento social.
La prisión preventiva de Reus, ubicada en un edificio catalogado como Bien Cultural de Interés Local que data de 1929, ha sido objeto de una cuidadosa reforma para convertirse en el nuevo Centro Social El Roser. El nuevo equipamiento aúna diferentes servicios sociales, convirtiéndose en el primer edificio con un programa funcional de este tipo en España. Firman el proyecto Josep Ferrando Architecture y Gallego Arquitectura.
Reutilización adaptativa: de centro penitenciario a centro social
Una reutilización adaptativa consiste en transformar arquitectónicamente un edificio para que cumpla nuevas funcionalidades. Además, supone una poderosa herramienta urbanística que alarga la vida útil de edificios obsoletos que merecen la pena ser protegidos por su interés histórico.
Ejemplo de ello es este edificio construido en 1929. Inicialmente sirvió como la prisión preventiva de Reus y años más tarde como una escuela. Estos cambios han conferido al inmueble un interés arquitectónico especial. Por ello ha sido declarado BCIL (Bien Cultural de Interés Local) y ha sido incluido en el Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña.
Recientemente el edificio ha sido transformado de nuevo por Josep Ferrando Architecture y Gallego Arquitectura. Esta vez para adaptarlo a un ambicioso programa funcional que aúna un refugio para personas sin hogar, un comedor social y un espacio comunitario.
Capas de historia dialogan entre sí en el nuevo Centro Social El Roser
El objetivo de este proyecto es doble. Recuperar la esencia original del edificio y adecuar la morfología existente al nuevo programa funcional. El primer reto se logra con un trabajo minucioso -casi quirúrgico- de levantamiento de capas para descubrir la estructura oculta y la tipología constructiva de la época. Con ello se dota al nuevo Centro Social El Roser de una imagen austera pero conectada con la historia del lugar.
El segundo objetivo consiste en adaptar el edificio histórico existente a los nuevos requerimientos funcionales. Para ello, se ejecutan varias actuaciones de reparación y mejora urbana. Un ejemplo es la sustitución del muro perimetral por un gran portal metálico que abre el edificio a la ciudad.
A una escala menor, se permeabiliza el edificio existente realizando nuevas aberturas en los muros. Gracias a estos nuevos huecos se multiplican las relaciones visuales entre estancias. Además, se conectan mejor las diferentes salas del conjunto.
Un palimpsesto arquitectónico
El equipamiento social diseñado por Josep Ferrando Architecrture y Gallego Arquitectura introduce elementos nuevos, aportando un lenguaje contemporáneo al conjunto. Se aprecia una dualidad tectónica que dialoga en perfecta armonía: los materiales introducidos tienen un aspecto etéreo y liviano, mientras que los existentes son mucho más pétreos y pesados.
De este modo, se refuerza la idea temporal de lo que siempre estuvo ahí y la delicadeza con la que se incorporan los nuevos elementos.
Fotografía: Adrià Goula