Acupuntura urbana. Un delicado proyecto que revaloriza el paisaje rural de Castellón.
Este proyecto de urbanismo a pequeña escala mejora la accesibilidad, el aspecto y la definición del límite construido de un pequeño pueblo de Castellón. Diseñado por el estudio BONA FIDE taller, ofrece una nueva mirada sobre lo que siempre estuvo ahí, revalorizándolo para el uso y disfrute de sus vecinos.
Definiendo un nuevo límite para el entorno rural de Sot de Ferrer
El pequeño municipio de Sot de Ferrer, situado a 40 minutos de Valencia, cuenta con menos de 500 habitantes. Paradójicamente, aunque este pueblo base su economía principalmente en la agricultura, ha crecido ajeno al entorno rural que lo circunda.
De hecho, el límite urbano del pueblo se materializa con una acequia que actúa como una frontera natural entre el entorno construido y el campo. Este urbanismo poco accesible, hace que los vecinos den la espalda al entorno natural y no se tenga en cuenta como uno de los principales atractivos para el pueblo.
Frente a esta compleja problemática, el estudio de arquitectura BONA FIDE taller propone un proyecto de acupuntura urbana. Se trata de pequeñas actuaciones que dan una solución global al problema.
La primera acción trata de regenerar el entorno del antiguo lavadero situado junto a la acequia. Se mejora su conexión con el pueblo, creando un sendero accesible. De este modo, se acerca la huerta y el paisaje rural a los habitantes de Sot de Ferrer.
Un balcón con vistas a la huerta
La segunda actuación trata de preservar y restaurar los elementos existentes del antiguo lavadero, poniéndolos en valor de nuevo. Se decide mantener el vaso y parte del muro, así como las pilastras que definían su volumen original. Gracias a estos elementos, se delimita una pequeña plaza con un gran banco de piedra, abierta a las vistas sobre la huerta.
Por último, se diseña una pérgola de nueva creación que acoge bajo su bóveda curva todo el conjunto. De este modo se delimita un espacio de encuentro y reunión, en el que disfrutar del paisaje rural.
Cerámica, piedra y acero corten
Los materiales que se han utilizado en el proyecto tratan de ser coherentes con el entorno en el que se inscriben. Cerámica, piedra natural, hormigón y acero corten se empastan a la perfección con el cromatismo del pueblo y parece que siempre hubiesen estado ahí.
Además, todo el proyecto está planteado para tener muy en cuenta el envejecimiento natural y el paso del tiempo. No solo de los materiales, sino de la propia vegetación que se adueñará del conjunto. La parra cubrirá la cubierta de la pérgola de acero corten y el jazmín hará lo propio con el balcón de jaula situado en el sendero peatonal.
Fotografía: Oleh Kardash Horlay