CŪ4 Arquitectura moderniza una casa de campo tradicional en Valencia.
Rodeada de viñedos y de campo, esta casa de CŪ4 Arquitectura en Ontinyent, Valencia, parte de dos preexistencias muy importantes. Un profundo respeto por el medio ambiente, la primera; y su pertenencia al edificio ya existente de la bodega, la segunda.
Manuel Martín y Anna Ferrer son los autores de este proyecto, para el que han contado con la colaboración de Pablo y Clara Gironés. Un lugar que combina tradición y modernidad, profundamente anclado al entorno pero que incorpora todas las comodidades posibles.
Distribución abierta
«La idea principal del proyecto es la continuidad de todas sus áreas y usos«, cuentan los arquitectos, que proponen un espacio de distribución abierta, donde todo se comunica. Una casa distribuida en dos plantas, que reserva el nivel inferior para la zona de día, de carácter más público, y el superior para las habitaciones privadas. Una diferenciación de usos que se traslada al material elegido en cada una de ellas: mientras que en la planta baja se opta por el hormigón pulido, en la alta, y para lograr una mayor calidez, se ha elegido madera.
Dos plantas y dos niveles de privacidad
A nivel programático, la planta baja se reserva para el garaje, un patio con piscina y un amplio salón con cocina y comedor. La escalera volada que corre junto a la cocina da acceso al nivel superior, con una sala de estar que conduce a cuatro dormitorios con sus propios baños. Concebida como una ampliación de la construcción original, esta planta se construye alrededor de un pequeño patio que proporciona ventilación e iluminación.
Una estructura entre dos tiempos
Protagonista del diseño, la estructura combina elementos de la bodega original con otros nuevos y necesarios para completar el programa. De esta forma, las vigas de madera restauradas conviven con un nueva construcción íntegramente realizada en hormigón revestido en blanco.
Tradición y modernidad para una casa de campo
«Hemos querido unir lo moderno y lo tradicional, desde un profundo respeto por el medio ambiente y una clara apuesta por la simplicidad y la calidad del espacio«, cuentan los arquitectos. Además de adaptar un uso industrial al de vivienda, la intervención logra una unidad y continuidad en sus fachadas que respeta el carácter original del edificio.
Fotografía: Isabela fotografía