Un piso pequeño en Madrid que disuelve los límites entre los espacios.
En tan solo 40 metros cuadrados, el estudio de arquitectura BURR ha logrado transformar un piso de los años 70 en Madrid en un espacio fluido en el que se disuelven las fronteras, solo dibujadas por cortinas y elementos textiles.
40m 2 en Madrid, muy fluidos…
Disolviendo los límites típicos de los años 70, el estudio BURR ha transformado un piso de 40 metros cuadrados en Madrid, en un espacio abierto y fluido. JM55 es el nombre de este proyecto de reforma ubicado en la calle Joan Maragall. En él, un volumen central acoge, entre otros elementos, el baño, la única estancia que se ha mantenido aislada.
Un volumen de azulejos blancos
Este núcleo central, en el que se incorpora el baño y la cocina, distribuye e integra todas las estancias e instalaciones de la casa. El resto de materiales, usos y habitaciones están totalmente comunicados entre sí, estableciendo un concepto de continuidad y mezcla entre las diferentes funciones. Así, los inquilinos duermen en el baño o se duchan en el salón.
Este elemento central se diferencia del resto de la casa por su revestimiento. Un azulejo blanco y brillante marca simbólicamente los usos húmedos que están presentes en toda la vivienda. Con él, queda revestida completamente la pieza central y los suelos cercanos a ésta.
Cortinas divisorias
Los dos dormitorios, el salón y el despacho, permanecen comunicados entre sí. Sin embargo, se han utilizado elementos textiles, una práctica muy característica de BURR para separar estos espacios y dar una mayor intimidad. Unos raíles incorporados en los techos dibujan un espacio totalmente diferente al original y marca una nueva funcionalidad en las estancias.
Las diferentes áreas, a través de las grandes cortinas, se vuelven temporales, dinámicas y versátiles. Así, según las necesidades, se puede generar una cápsula de estudio, independizar un dormitorio o esconder la cocina. Materialmente, las cortinas que delimitan estos espacios responden a los diferentes usos de cada zona. De esta manera, el dormitorio se envuelve en una cortina confeccionada con edredones, mientras que el estudio puede aislarse mediante a una cortina de fieltro plegado.
Fotografías: Maru Serrano