Todos los típicos elementos modernistas del Eixample reunidos en esta vivienda-estudio.
Situada en un antiguo edificio del Eixample barcelonés, que data de 1930, esta vivienda-estudio de 112 m2 está rehabilitada por la arquitecta Clara Ocaña. Estaba prácticamente en su estado original y muy deteriorada. Disponía de muy poca luz natural en toda la zona central y de largos pasillos, con la clásica planta alargada. Hoy se ha transformado vivienda y estudio contemporáneos, sin perder su esencia original modernista.
Una vez analizado el estado del piso, la arquitecta Clara Ocaña, del Estudio CO-A, afrontó un segundo reto para su diseño. Su propietario deseaba una distribución que dividiese la casa en dos zonas independientes pero comunicadas: vivienda y estudio.
Vivienda-estudio conectada por dos puertas
Las puertas, de medidas idénticas a la de los huecos de paso del pasillo original, son los accesos a los dos espacios. La de la izquierda da paso al estudio y la de la derecha a la vivienda. Cuando se desea que vivienda y estudio funcionen como una unidad, las puertas desaparecen al dejarlas abiertas y queda libre un paso de las mismas dimensiones.
Una amplia sala sirve como estudio y zona de estar. La mesa con sobre blanco está rodeada de sillas Cesca, un diseño de Marcel Breuer de la época de construcción del edificio (1928), que edita Knoll. Se puede utilizar tanto para trabajar como para comer.
El suelo de vivienda mezcla pavimentos hidráulicos recuperados con otros nuevos y con una madera de roble, que delimita los distintos ambientes.
La cocina ocupa el centro de la nueva vivienda
En zona central, entre el estudio y la vivienda, Clara Ocaña decidió ubicar la nueva cocina, dado que era una de las zonas más oscuras y careciente de vistas. Está diseñada en color blanco para potenciar la luz, y todo el mobiliario es de la firma Santos.
La iluminación es otro de los grandes aciertos del proyecto. Para la cocina se diseñó una luz cenital a la medida del espacio. “Esto es algo muy significativo para nosotros, pues nos gusta llegar a niveles de detalle que creemos que es lo que aporta calidad al resultado”, explica la arquitecta. Las lámparas y focos proceden de Faro Barcelona.
Una segunda decisión estratégica para este caso particular de proyecto fue el diseño de los panelados con puertas integradas; cuando se abren, desaparecen, y cuando se cierran, pasan desapercibidas. Esto se aprecia especialmente en el revestimiento de las paredes de la “caja” que se ha situado justo en la entrada de la casa.
Otro aspecto importante de la rehabilitación, según explica Clara Ocaña, fue seleccionar los elementos a conservar: los pavimentos de mosaico Nolla; hidráulicos; techos de revoltón cerámico y vigas de madera; carpinterías de madera; techos con molduras; etc. Y, siempre, con el objetivo de intentar mantener todos los que fuese posible.
El mosaico Nolla, la estrella indiscutible, se tuvo que volver recolocar y completar en ciertas zonas, tanto por cuestiones de reparación, como para adaptarlos a la nueva distribución. Los techos de volta catalana y los suelos completan la cálida atmosfera que fusiona con soltura lo nuevo y lo antiguo.
Un diálogo entre los materiales nuevos y los originales
Una vez escogidos los hidráulicos, se seleccionaron los nuevos materiales. La idea era no competir con los elementos originales; justo lo contrario, resaltar su valor estético para crear una atmósfera contemporánea. Con esta idea, introdujeron una madera de roble natural para los pavimentos, y mármol para las zonas húmedas. También añadieron mamparas de vidrio, panelados grises y pintura blanca, colores neutros que unifican y bañan de luz natural toda la vivienda.
Esto se aprecia muy bien en la zona de dormitorios, al otro lado de la casa. Allí se conservan suelos y molduras originales. El cromatismo de los mosaicos de origen resalta sobre la base de tonos blancos y grises.
Durante el proceso creativo, se ha establecido un interesante diálogo entre lo original y lo nuevo. Entre estos últimos materiales, destacan los de los cuartos de baño: mármol blanco; perfiles metálicos negros; y mamparas y las baldosas de Neocerámica.
Fotos: José Hevia