Nuevas formas de habitar: cohousing en una antigua nave agrícola.
El proyecto de rehabilitación de una antigua nave agrícola reconvertida en vivienda colectiva senior, firmado por el estudio de arquitectura Arqbag, reconfigura los usos y los espacios aprovechando los materiales a nivel térmico.
Una casa para dos familias
El cohousing es tendencia y en Guimerá, en la comarca catalana de L’Urgell (Lleida), el proyecto de rehabilitación esta vivienda colectiva senior responde arquitectónicamente a todas las necesidades de este tipo de edificios. El estudio de arquitectura Arqbag, que firma el proyecto, ha logrado rehabilitar una antigua nave agrícola para transformarla en una vivienda de 302 m2 y con espacios múltiples y flexibles. El objetivo: crear espacios habitables para dos familias respetando el estilo de vida de cada individuo.
La transformación
Para resolver el cambio de nave agrícola a vivienda, se ha tenido en cuenta la creación de múltiples zonas con diferentes usos. Un gran núcleo central articula y reconfigura el espacio diáfano inicial. Así, se crea, de forma radial, una estructura en la que encontramos distribuidos, tanto en planta como en sección, áreas privadas e íntimas. Desde las estancias a los baños, se ha mantenido un mismo concepto de diseño en el que se intuyen los usos anteriores, pero reinterpretados.
El núcleo central se resuelve mediante un muro de fábrica de bloques de tierra compactada (BTC) y se despliega a través de tres grandes piezas. En estas aparecen espacios abiertos de almacenamiento o instalaciones. También, espacios de paso que conectan o separan los ambientes.
Uno de los retos de la rehabilitación era, además, conservar los muros de piedra originales, que han servido de referencia para trazar este núcleo central.
Adaptación al clima
El uso de estos materiales permite una adaptación al clima y a las temperaturas. El gran núcleo de tierra aporta una alta capacidad higroscópica que compensa la baja capacidad de los muros de piedra originales. Con ello, se logra regular la humedad ambiental. Además, se equilibra la inercia térmica, compensando el aislamiento creado en la cara interior de las fachadas.
El resultado es un espacio acogedor, cómodo y pensado para convivir y compartir. En sus zonas comunes como cocina y sala de estar, la versatilidad de las áreas se expresa con grandes ventanales y muchos metros cuadrados para generar el encuentro.
Fotografías: Marc Díaz Gallego