La arquitectura se camina en la ‘promenade’ de Les Coves de Vinromà.
Alejandro Martínez del Río, de BONA FIDE taller, es el responsable de este proyecto que puede encontrarse en Les Coves de Vinromà. Más allá de haber creado una alfombra cerámica en la que pasear, el recorrido cuenta con una plazoleta y un balcón de piedra y reja integrados en la naturaleza.
El concepto de Le Corbusier
En su momento, el célebre arquitecto, teórico y urbanista Le Corbusier instauró conceptos como el de la planta libre o la terraza jardín. También hizo lo propio con la «promenade,» un vocablo francés que aboga por la idea de paseo arquitectónico. Para él, la arquitectura no era estática. Al contrario: la arquitectura se camina y se disfruta en cualquier recorrido. En definitiva, la «promenade» es mucho más que un mero paseo.
Promenade mediterránea
Siguiendo esta teoría, el proyecto de paisajismo y urbanización diseñado por Alejandro Martínez del Río, de BONA FIDE taller, puede calificarse de «promenade mediterránea».
La intervención se encuentra en el borde urbano de la población de Les Coves de Vinromà, en Castellón, limitando con el valle de un río. Tal como su autor explica, «el paseo es la adecuación paisajística del arcén de un camino; una alfombra cerámica que se desenrolla siguiendo el trazado del muro de piedra antiguo, plegándose y arrugándose en su encuentro con árboles y cruces de camino».
Armonía arquitectónica
A lo largo de los remansos creados en los que se curvan las barras, se acumulan grandes piedras de hormigón que sirven de asiento. La superficie de estas losas fue previamente pulida de forma irregular. Y, seguidamente, también pueden observarse otros elementos como guarda-ejes y bolardos que ayudan a ordenar y conducir el flujo.
El recorrido desciende para acabar en una plazoleta ganada a la pendiente. No obstante, a diferencia del paseo en sí, esta tiene un carácter más urbano y doméstico. El arquitecto la define como «una habitación abierta de reunión y descanso».
Desde su balcón de piedra y reja puede verse el río. Y, además, el talud de mampostería que la contiene articula el descenso a la vieja noria de un sendero que viene desde la cota superior del pueblo. También, como apunta Martínez del Río, «su pendiente escalonada se recupera con enmorillado de cantos rodados rematados por escalones de piedra abujardada, como los que se encuentran en las calles cercanas, en combinación con tramos resueltos con cerámica».
Cerámica reciclada
Por su parte, el pavimento se ha ejecutado con un bloque conformado a partir de la reutilización de stock cerámico de bajo valor comercial. Por ello, el paseo lo integran la cálida textura rayada de la cerámica y diferentes aplicaciones de pavimento pétreo y herrajes de acero oxidado. Claro está, Le Corbusier hubiese quedado maravillado con el resultado final.
El proyecto es el resultado de un concurso de ideas promovido por el sector cerámico de Castellón.
Fotografías: Oleh Kardash Horlay