Antigua casa de pescadores en Menorca reformada por Gabriel Montañés.
Gabriel Montañés ha transformado una tradicional casa de pescadores en Mahón, Menorca, en la vivienda soñada por una pareja joven y creativa que la vive y disfruta durante todo el año.
Humanización de la arquitectura
La calle que une el paseo marítimo del puerto de Mahón con el centro del pueblo alberga esta singular vivienda bautizada como Casa L+C. En ella, el estudio de Gabriel Montañés saca el máximo partido a un entorno lleno de amplios solares, con casas en hilera de una sola planta, fachadas austeras y huertos traseros para el autoconsumo.
«El proyecto nos enganchó enseguida», cuentan los arquitectos, que destacan las distintas fases por las que pasó el encargo. Hicieron dos propuestas. Una se distribuía en planta baja y primera. La otra, en planta baja y garaje. Finalmente se decantaron por una sola planta, prescindiendo del espacio para aparcar el coche.
Una casa diseñada en torno a la sección
Conservando la morfología de la fachada original, la casa presta una especial atención a la sección longitudinal. El juego de distintas alturas que permite la normativa, dio pie a una intervención introduce un amplio catálogo de cubiertas para iluminar y ventilar las estancias vivideras. Todas ellas, situadas en las zonas interiores para conservar la altura, de una sola planta, de la fachada.
«Este giro en el guion lo cambia todo: aporta privacidad en los puntos críticos de la vivienda y enriquece el programa», apunta Montañés. Con las áreas vivideras y el dormitorio principal en la zona más interna, se reserva la fachada a espacios secundarios que ejercen la función de «colchón», protegiendo de ruidos y miradas indiscretas.
Un pasillo con abundante espacio de almacenaje da acceso al espacio del estar-comedor-cocina. También funciona como introducción pausada a lo que viene más adelante: espacios a diferentes alturas, formalmente distintos e inundados de luces que los atraviesan de forma dispar.
Casi inadvertida al exterior
Desde la calle, el edificio conserva el carácter anodino de la fachada original, que no da pistas sobre lo que ocurre tras ella y donde únicamente se incorporan tableros de encofrar.
Hacia el norte, la vivienda se completa con un amplio patio, una pequeña piscina y un huerto ya existente.
Fotografías: Adrià Goula