Un tour por el diseño del siglo XX en un loft en Poblenou, por Alex March.
En este loft barcelonés situado en el popular barrio del Poblenou, cada detalle es único. Proyectado por Alex March, es todo homenaje a la cultura del diseño y las piezas de mobiliario y de arte de los años 50, 60 y 70.
El interiorista ha creado un diseño interior como si se tratase de un juego para ejercitar la memoria y despertar la sensibilidad por la cultura del diseño de mobiliario. Un gran lienzo de paredes blancas y un pavimento de madera natural de pino son el perfecto telón de fondo sobre el que Alex March Studio ha diseñado un viaje por el legado del diseño europeo del siglo XX. Además, su admiración por el estilo nórdico y sus grandes diseñadores queda patente en toda la casa.
Piezas históricas en el salón
Unos enormes ventanales, que van de suelo a techo, bañan el salón del loft de la luz natural del barrio barcelonés del Poblenou. Se trata una amplia estancia en la que son los muebles los que marcan los límites entre las distintas zonas del estar, comedor y despacho. La cocina, contigua, se asoma discreta mediante una gran abertura a media altura de la pared.
La madera maciza natural recuerda y pone en valor cómo se hacían los muebles antes. Aquí destacan piezas recuperadas de los años 60 y 70, como la mesa de centro de la famosa firma G-Plan de los años 60, o dos butacas nórdicas y un puf diseñado por el gran arquitecto y diseñador Gio Ponti en los años 50. Todos estos muebles forman una acogedora zona de lectura.
Estas piezas, ya históricas, conviven con muebles actuales de calidad, como la estantería en madera maciza y acero VIA de Objects diseñada por Carme Pinós. En ella se distinguen selectas obras de cerámica española de los años 50 y 60, pequeñas esculturas de la ceramista barcelonesa Mari Masot, la lámpara de sobremesa Somongo del diseñador Eduardo Albors, algunos libros y plantas naturales en macetas de cerámica.
Junto a la ventana, llama la atención una gran escultura brutalista negra de los años 50, adquirida en el mercado de las Pulgas de París. También del popular rastro de París es una robusta cajonera de madera oscura, que sirve para delimitar esta zona con el comedor.
Diseño Nórdico para el comedor
La zona del comedor es todo un homenaje al interiorismo nórdico de la segunda mitad del siglo XX. Las sillas del comedor son las clásicas Fanett, diseñadas por Ilmari Tapiovaa y las Tallasenstolen de Jan Halberg, fabricadas ambas en Suecia; la mesa es escandinava, de Noak Room, de los años 60-70; y del techo cuelga una lámpara también escandinava comprada en El Recibidor.
Sobre la cajonera que separa salón y comedor, adquirida en Las Pulgas de París, destaca el verde de las plantas y de la lámpara Il Giardinetto. Es una pieza que en 2014 creó el diseñador catalán Jordi Canudas para el escaparate del mítico restaurante barcelonés. La lámpara alcanzó un gran éxito y posteriormente la ha editado la firma Marset como Dipping Light en multitud de formas y colores.
Un área de home office de estilo minimalista
Para la zona de trabajo, Alex March da un giro al interiorismo y el ambiente se depura. De líneas puras en blanco y negro y una clara tendencia hacia el minimalismo, el ambiente invita a concentrarse en el trabajo. La mesa blanca, de tubo de acero y mármol, es un diseño del propio Alex March. Fabricada por Fugrup forma un dúo perfecto con la butaca negra de diseño Dr. Sonderbar realizada por Philippe Starck para XO (1983). Del techo cuelga la lámpara suspendida del diseñador danés Claus Bonderup para Fogh & Mörup (1967). Completa la decoración una obra del artista Iñaki Moreno sobre un espejo redondo.
Una habitación al estilo cocoon
La habitación es como un nido, muy acogedor gracias a la calidez de la madera del suelo y los muebles, y también a los suaves textiles blancos. Sobre la cama destaca un cuadro de cerámica redondo, tipo trencadís, diseñado por Alex March y Mari Masot, y en las paredes dos apliques vintage de caoba y opalina. Los cojines de motivos geométricos son de Gancedo y la lencería de la cama de El Corte Inglés.
En todo este loft de Poblenou, la mezcla de piezas de los 50 hasta la actualidad es una constante. También hay una interesante representación de obras de los 80 como la lámpara suspendida negra Tresca, diseño del valenciano Eduardo Albors, situada en el escritorio de la habitación principal. Igualmente, la obra de artesanos ceramistas locales tiene un gran protagonismo, con la incorporación de piezas y esculturas.
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Fotografía: Sandra Rojo