Power Electronics, la monumentalidad del detalle.
Las grandes dimensiones no tienen que estar reñidas con la calidez y el gusto por el detalle. Es el lema bajo el cual Francesc Rifé ha diseñado la nueva sede de Power Electronics en el municipio valenciano de Llíria. Un espacio íntimo y a escala humana, que logra, según palabras del arquitecto, "pasar de la monumentalidad al detalle proporcionado".
Sede Power Electronics en Llíria
Con una superficie interior de 4.690 m2, el edificio descubre, ya desde su acceso, la trama narrativa que le da forma. Una celosía de madera de nogal blanco recorre el espacio en muy distintos formatos. No sólo como un sistema que tamiza la luz natural, sino también como un elemento de conexión entre las distintas áreas, que, unido con paneles de vidrio fumé gris, potencia la intimidad.
La recepción de la planta baja, que funciona como distribuidor, se equipa con mobiliario de Blasco&Vila y Cassina, junto a lámparas de Vibia y Brokis. En torno a ella se distribuyen varias salas de reuniones, un comedor, un gimnasio para los empleados y un gran auditorio.
Una óptima acústica
En el auditorio, el sistema de lamas añade complejidad al incluir planos perpendiculares que aportan más sombra al interior. Para garantizar una óptima acústica, se añade además una manta fonoabsorbente sobre el techo de madera perforado, aprovechando los huecos para integrar la iluminación. Además se diseñan foseados transversales que esconden una luz más escenográfica, perfecta para las presentaciones de producto de la firma.
En el centro del lobby principal, la escalera es la gran protagonista de la comunicación vertical del edificio. Con una estructura de aluminio en el exterior y de madera en el interior, su estructura se extiende por los balcones interiores, invitando a trabajadores y visitantes a recorrerla.
Continuidad espacial
En las plantas superiores, un banco circular diseñado por Francesc Rifé Studio funciona como distribuidor hacia los distintos ambientes de trabajo. Estos se han diseñado abiertos, con cerramientos acristalados en algunas salas para tareas que requieren de una mayor privacidad y pequeñas reuniones.
Para dar continuidad al diseño, estos paramentos traslúcidos se han enmarcado con estructuras metálicas que recuerdan la celosía. Superficies en laminado verde incorporan un guiño a la naturaleza y la calma.
Los módulos bajos que dividen el sistema de mesas permiten que el espacio se lea continuo, con una acústica casi perfecta gracias a la moqueta del suelo y los paneles fonoabsorbente de Ecofón del techo. Estos últimos, acompañados de iluminación técnica de Arkoslight.
Islas en el espacio
Solo interrumpen esta continuidad pequeñas ‘islas’ de descanso envueltas en lamas de madera. Mobiliario de Inclass y Cappellini, y luminarias de Santa & Cole añaden calidez y confort a estos pequeños refugios.
La segunda planta alberga los despachos de dirección y sala de juntas, con office y comedor privado. En todos ellos la madera es la gran protagonista, no sólo en el sistema de lamas y cerramientos, sino también en los techos. Abiertos a fachada, todos los despachos se han equipado con un diseño redimensionado y adaptado de La Mesa de JMM y una pequeña zona de estar para reuniones más relajadas. También para JMM, la Butaca Kong de Francesc Rifé convive con mobiliario de Vitra y Cassina.
El ala que da al gimnasio incorpora un espacio exterior de relación, que alterna zonas techadas con otras a cielo abierto. El sofá Pal, diseñado por Rifé para Point, convive con piezas de Bidaq, Kettal y Marset.
La terraza como espacio de encuentro y socialización
Revestida en lamas de madera de ipe, la terraza interior que comunica el edificio corporativo con el tecnológico sirve además para fomentar la interacción entre empleados. Muchas zonas comunes, entre ellas un módulo con cocina y un gimnasio para los socios, abren a este espacio vegetal. Pérgolas circulares dividen un espacio donde las lámparas Empty de Vibia adoptan una doble función: como luminaria o mesita / taburete. El pavimento bajo ellas combina granito, madera de ipe, basalto y diferentes gravas.
En la fachada principal se ha optado por la misma paleta de materiales, con monolitos que recorren longitudinalmente el frente del edificio en forma de pequeñas farolas.
Fotografía: David Zarzoso
