La Macchina Studio reforma en clave pop un apartamento de los años 50 en Roma.
El proyecto, que recibe el nombre de Retroscena, ha preservado el pavimento de terrazo veneciano preexistente. Pese a ello, el estudio italiano no ha dudado en impregnar la vivienda de llamativos colores y puertas que parecen que han sido pintadas directamente en las paredes.
Una reforma llena de personalidad
Aunque las obras terminaron en verano, no ha sido hasta ahora que Gianni Puri y Enrica Siracus, los cerebros detrás de La Macchina Studio, nos han dejado colar en uno de sus proyectos más especiales. Bajo el nombre de Retroscena, el dúo ha transformado por completo un apartamento de 75 m2 de los años 50 situado a escasos pasos del Parque de la Caffarella de Roma. El resultado, tal como puedes apreciar en las imágenes, es igual de teatral que surrealista y estéticamente pop.
Desde un principio, la joven pareja que reside en la vivienda pidió dos cosas a los arquitectos. Por un lado, que recuperaran, con la ayuda de artesanos locales, el pavimento de terrazo veneciano preexistente. Y, por el otro, que mutaran radicalmente la distribución interna de la propiedad.
A partir de la inserción de nuevos materiales en correspondencia con los rastros de las divisiones originales, el área de la vivienda está definida por una banda transparente de mármol negro y Botticino.
En el caso del pasillo, su suelo retoma el diseño original con un aglutinante rosado con polvo de puzolana, mientras que el dormitorio está matizado con unos cálidos matices de microcemento rojo ladrillo.
El resultado es una combinación de diseños de varios granos y colores que crean un bello efecto collage. Dichas tonalidades y texturas contrastan con el blanco de las paredes.
Sus puertas conducen a nuevos mundos
El apartamento se desarrolla longitudinalmente a lo largo de la pared de la columna vertebral, el marco de carga, que representa el límite entre el espacio privado y la representación. Gracias a ello La Macchina Studio ha podido crear un paisaje rítmico puntuado por tres elementos que actúan como portales.
Un armario puente lacado en blanco esconde un pequeño estudio, un espacio que sirve tanto de refugio como de rincón de lectura.
En la sala de estar, una puerta arqueada en azul que sobresale 70 centímetros conduce a los dormitorios, ocultando la cocina a la vista.
El salón, la zona más espaciosa de la casa, luce una cortina amarilla que recorre un tabique demolido. Esto delimita las zonas y dibuja una suave frontera entre las diferentes funciones.
La tercera y última puerta, de color gris-azul, parece estar dibujada en la pared. Da acceso a un cuarto de baño revestido de mosaico blanco.
A través de un arco ojival se deja entrever la pared del fondo, esmaltada en un tono color pavo real, así como una majestuosa pica con pie.
«Con Retroscena hemos querido resaltar el carácter irreverente y surrealista del relato arquitectónico, que está indisolublemente ligado a su alter ego fotográfico jugando con los contrastes de color, los motivos gráficos y las incursiones inesperadas», afirman al respecto los fundadores de La Macchina Studio.
Fotografías: Paolo Fusco