¿Tiene la obsolescencia programada los días contados?
¿Ha caído la obsolescencia programada en su propia trampa? ¿Tiene este modelo económico los días contados? Son algunas de las preguntas que desde firmas como Bang & Olufsen se plantean para tratar de salvar un planeta con cada vez menos recursos y más basura. Un ciclo infinito de consumo basado en el 'comprar, tirar y comprar', que desde la marca danesa retan con un proyecto donde "el pasado es futuro".
La invención de la obsolescencia programada
Con casi 100 años a sus espaldas, la obsolescencia programada, bautizada por el diseñador industrial Brooks Stevens en los años 50, había visto la luz tres décadas antes. Fue durante una reunión celebrada en 1923 en Ginebra entre algunos de los principales fabricantes mundiales de bombillas. Con el fin de incrementar sus beneficios económicos, compañías como Osram, Philips o General Electric se comprometieron a reducir la vida útil de sus productos, de 2.500 horas a 1.000. El encuentro supuso el primer pacto global para establecer una fecha de caducidad a un bien de consumo.
Comprar, tirar y comprar
‘Comprar, tirar y comprar’ se ha convertido en el leitmotiv de nuestras vidas. Un ciclo infinito de consumo, donde ‘desechar’ es lo normal cuando algo no funciona o ya no está de moda. Lo que comenzó como una democratización del consumo y una apuesta por el crecimiento económico, se ha convertido ya en una amenaza para la Tierra. Un planeta con cada vez menos recursos y más basura. Con este devastador escenario y una cada vez mayor conciencia social medioambiental, algunos como Bang & Olufsen abogan por el fin de esta caducidad impuesta.
Construir un modelo de lujo artesanal, donde los productos de diseño se conviertan en parte de una valiosa herencia, es el reto que la firma danesa se ha propuesto en este proyecto. Un proceso de restauración de sus productos icónicos más antiguos, que inaugura con Beogram 4000. Diseñado en 1972 por Jacob Jensen, este tocadiscos forma parte de la colección permanente del MoMA de Nueva York.
El pasado es el futuro del diseño
La iniciativa trata de dar forma al futuro del diseño de audio mediante una estética emblemática y vanguardista capaz engrandecer su valor pasado el tiempo. Invirtiendo en innovación acústica de calidad y un exquisito diseño atemporal, Bang & Olufsen planta cara a la volatilidad de una tecnología en constante cambio hacia nuevos modelos que invalidan los anteriores.
«Este proyecto piloto de los clásicos de B&O explora el Diseño para la Longevidad, uno de los principios del marco de la economía circular«, cuenta el director de producto Mads Kogsgaard Hansen. La iniciativa trata de preservar la herencia y el valor de algunos de los productos más emblemáticos de la firma. Durabilidad emocional, artesanía duradera, obsolescencia de la conectividad, diseño atemporal y bienestar medioambiental son algunos de los conceptos base del proyecto.
Con el objetivo de lanzar una serie limitada con la que extender la vida útil de los tocadiscos de la serie Beogram 4000, Bang & Olufsen ha comenzado un proceso de búsqueda, catalogación, renovación, restauración y reinvención de esta icónica pieza. Un tocadiscos atemporal y progresivo en su rendimiento técnico, que ya en la década de 1970 utilizaba las técnicas más avanzadas.
Los productos originales son cuidadosamente tratados en la fábrica y el laboratorio de la compañía en Struer. Mediante un proceso de renovación y restauración de la mecánica móvil y las piezas electrónicas, se integra el producto original con la tecnología más actual. «Todo el proceso se hace a mano», explica Mads Kogsgaard Hansen. Desde la marca destacan cómo los nuevos tocadiscos incorporan elementos de diseño adicionales que no figuraban en la serie Beogram 4000 original.