Primera residencia de ancianos Passivhaus en España.
CSO Arquitectura proyecta la Residencia de Ancianos de Camarzana de Tera (Zamora), certificada como el primer edificio hospitalario-geriátrico de España y uno de los primeros quince del mundo de esta tipología. La construcción, que dispone de diversas estrategias energéticas pasivas, ha sido finalista en los Premios FAD de Arquitectura 2020.
Qué es la edificación Passivhaus
En el año 2008, y fruto de una necesidad cada vez más latente en el sector de la arquitectura y la construcción, se fundó la Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP) , una asociación sin ánimo de lucro que promueve la construcción de edificios de alta eficiencia energética.
Desde entonces, los proyectos de Passivhaus se han extendido a lo largo de todo el territorio de nuestro país en diferentes formatos. Sin embargo, ésta es la primera vez que se ha aplicado a una residencia de ancianos, precisamente un colectivo muy vulnerable, cuyo entorno medioambiental afecta de forma directa al cuidado de su salud.
Primera residencia de ancianos Passivhaus
Los pioneros han sido los arquitectos de CSO Arquitectura, el estudio multidisciplinar fundado en 1999 por Javier de Antón Freile junto con la promotora MV Geritaría, propiedad de la residencia de ancianos. Tras la construcción de la primera fase del edificio, este año han completado la ampliación de la Residencia de Ancianos de Camarzana de Tera (Zamora), un pequeño pueblo de menos de 1.000 habitantes.
El foco ha sido en todo momento lograr el mínimo impacto y consumo energético. Para ello el estudio ha creado una arquitectura pensada en el cuidado de las personas a través de espacios centrados en el confort y el bienestar. La luz natural, el soleamiento y la relación interior-exterior han sido esenciales.
El proyecto, de planta única, tiene un esquema en peine que articula espacios cubiertos y patios. Éstos se abren hacia las orientaciones óptimas para generar vistas y posibilitar la entrada de luz natural.
Estructura prefabricada
Con el objetivo de minimizar la huella ecológica de los procesos constructivos, CSO Arquitectura ha recurrido a la prefabricación del edificio. Toda la estructura de madera de abeto se fabricó en un taller de Barcelona. Posteriormente se transportó y montó en Zamora. La optimización de estos recursos supuso un ahorro de costes y tiempo (toda la operación se llevó a cabo en una sola semana), así como un menor impacto ambiental.
Estrategias energéticas pasivas
El edificio dispone de diversas estrategias energéticas pasivas, como el sobreaislamiento en fachada, solera y cubierta; la cubierta ajardinada extensiva; la carpintería de madera con vidrio triple; ventilación natural; un invernadero en la zona del comedor que atempera el aire; y la captación de agua de lluvia para riego de zonas ajardinadas.
En cuánto a las estrategias activas, CSO Arquitectura ha instalado tres recuperadores de calor; una máquina aerotérmica; cinco paneles solares térmicos para ACS; y 66 paneles fotovoltaicos con una generación de 20kW.
Una máquina de generar energía
El resultado es un edificio se comporta como una máquina de generación de energía: consigue producir más de la que consume, derivando la energía restante al edificio de la residencia adyacente, construido en 2005.
El proyecto es un ejemplo sobre cómo el diseño y la arquitectura sostenible pueden contribuir en el bienestar de las personas. En la nueva unidad de convivencia, con capacidad para 16 habitantes, cada usuario dispone de un pequeño hogar (habitación con salón, baño y dormitorio); en él pueden recibir visitas y disfrutar de las zonas comunes del edificio (salón-comedor, cocina, enfermería, jardines, invernadero de cultivo de sus propias hortalizas).
Asimismo, el edificio permite el ahorro energético y consigue mayor calidad del aire interior gracias a la hermeticidad y la ventilación mecánica, una temperatura de confort constante o soleamiento controlado. De esta manera, el propio edificio trabaja para el confort de sus residentes.
Finalista FAD Arquitectura 2020
El proyecto Passivhaus de la Residencia de Ancianos de Camarzana de Tera ha sido distinguido como finalista de los Premios FAD de Arquitectura 2020. Entre otras cualidades, el jurado ha destacado que «se trata de un programa negligentemente invisibilizado en el debate arquitectónico convencional, donde sin embargo son urgentes las aportaciones desde la arquitectura”.
Fotografía: David Frutos