Can Llimona presume de su herencia constructiva.
El estudio Mesura ha reformado la masía Can Llimona de Alella, sacando a relucir su rico pasado arquitectónico.
La rehabilitación llevada a cabo en el histórico edificio de la comarca del Maresme es una interesante historia. Y precisamente la Historia es la gran protagonista, según el enfoque que ha dado Mesura a su intervención.
Testigo de la Historia
Can Llimona fue construida a finales del siglo XVIII como una masía tradicional: esto es, haciendo uso del conocimiento pasado de generación en generación, y con una estructura dividida en tres niveles.
En 1909, un siglo después de su construcción, cambió de propietarios, que quisieron ajustarse a la moda imperante. Era el momento del Modernismo catalán, por lo que los nuevos inquilinos abrieron entonces las habitaciones de Can Llimona, construyendo grandes techos y añadiendo elementos de madera con las formas orgánicas y naturales características de este estilo.
La forma de vida «moderna» de la época implicaba vivir en pequeños núcleos familiares formados por espacios más pequeños. Y a eso se adaptó la masía: se dividió en tres núcleos habitables, añadiendo un salón en cada piso y dejando un jardín común en el exterior, compartido por todos.
Años más tarde llegó la tercera intervención en el lugar. Esta vez, de la mano de dos importantes arquitectos: Lluís Clotet y José Antonio Martínez Lapeña. Respetando la huella modernista y de la arquitectura original de la masía, hicieron una intervención respetuosa y sutil para generar espacios más versátiles y funcionales. De esta forma, Can Llimona ha estado siempre adaptada a cada época.
Una masía contemporánea
Mesura ha querido en su intervención resaltar el importante valor histórico de las anteriores reformas. «Reúnen huellas originales de tradiciones pasadas y contemporáneas, con un importante valor histórico», explica el estudio.
Que de este modo ha convertido Can Llimona en el punto culminante de conceptos provenientes de una amplia herencia constructiva. Para adaptar el primer piso a las exigencias de la forma de vida actual de sus propietarios, los arquitectos han rehabilitado el espacio dotando a la casa de uniformidad. Al mismo tiempo que creaban un confort absoluto a través de la disposición de todas las instalaciones funcionales.
«Nos inspiramos en las formas, los colores y los materiales del pasado de Can Llimona». Desde Mesura han puesto el acento en la escala humana del edificio, creando habitaciones funcionales. Y también como destacado, un gran mueble de madera que atraviesa toda la estancia, dividiendo los altos techos.
La estancia también dispone de puertas enormes, que pueden dejarse abiertas o cerradas para ofrecer privacidad si se desea y «permitiendo crear varias versiones de la casa».
Can Llimona
Riera de Coma Clara, 1
08328 Alella, Barcelona