Las flores de Colvin saltan del mundo digital al real.
Revolucionaron el sector de la industria floral a través de la venta online de ramos. Eliminaron intermediarios, ofrecieron un servicio de entrega en 24h, flores de proximidad y una imagen muy cuidada (y apetecible). Después de tres años en la red, Colvin abre su primera la tienda física en Barcelona para ofrecer una nueva experiencia sensorial al cliente.
El mundo al revés
Las marcas de sectores tan tradicionales como el de la flor cortada hacen extraordinarios esfuerzos para digitalizarse. La mayoría han nacido en un mundo analógico y se rompen los sesos por abrir su e-shop, algunas con más acierto que otras. El caso de Colvin es totalmente opuesto. La start-up nació en 2016 como alternativa a un negocio que no conseguía modernizarse para llegar de forma óptima a un asentado cliente online, con sus correspondientes nuevas demandas.
El secreto de su éxito
Seguramente la juventud de los tres socios fundadores de la empresa (Andrés Cester, Marc Olmedillo y Sergi Bastardas, de 24 años por aquel entonces), su preparación en ESADE y su incipiente experiencia profesional en empresas como Amazon y Citigroup fueron clave para el éxito del que sería su proyecto laboral más ambicioso: Colvin. A ello hay que añadir sus propias vivencias como usuarios del sector, que les ayudaron a detectar las carencias de un servicio que necesitaba mejorar -mucho-.
Colvin irrumpió en el mercado como una floristería online que ofrecía flores procedentes de agricultores de proximidad, diseños elegantes y originales, control de calidad constante y entrega en 24h. Supieron envolverlo con un look and feel perfecto en las redes sociales: fotografías hermosas en una cuenta de instagram seguida por más de 100K personas o un canal Pinterest con originales propuestas (hasta coronas de flores para perros). ¿El push final? La colaboración con influencers y la creación de un servicio adhoc para recibir flores en casa periódicamente.
Colvin Store Barcelona
Tras el buen arranque de estos tres años en la red, la marca ha abierto su primera tienda física. Lo ha hecho en Barcelona, en la calle Pau Claris, 113, con un espacio de 100m2.
Como era de esperar, no se trata de una floristería convencional. No se limita simplemente a vender bonitos bouquets. Colvin va más allá. Su objetivo es acercar al cliente a «una experiencia cinco sentidos» de una forma más directa.
“El aroma de las flores es uno de sus principales componentes emocionales y eso es algo que no podemos mostrar en el mundo digital; así que este paso viene dado casi por la naturaleza del propio producto. La apertura de la primera tienda Colvin es una apuesta por la omnicanalidad en la que poder aprovechar las ventajas de cada mundo y conseguir una experiencia de usuario mucho más sensorial”, comenta Marc Olmedillo, CMO y cofundador de Colvin.
Atelier y click & collect
Y para potenciar dicha sensibilidad, nada mejor que un interiorismo inspirado en el concepto atelier, donde se realizan talleres, charlas y otras actividades vinculadas al mundo de la creatividad. Un espacio diseñado para sumergir al cliente de una forma mucho más experimental en el mundo floral.
La nueva tienda Colvin ofrece, también, servicio click & collect para aquellos usuarios que prefieran recoger su pedido cómodamente en apenas unas horas.
Colvin Store Barcelona. Carrer de Pau Claris, 113.
Fotografías Lirola Cussó.