Hawthorn House, santuario natural en Australia.
En Hawthorn, Australia, el estudio de arquitectura Edition Office ha diseñado la Hawthorn House. Una suerte de santuario sumergido en la naturaleza, envuelto por una piel de arcos de hormigón que concatenan interior y exterior.
Con 680 metros cuadrados, la casa se distribuye en dos plantas completamente diferenciadas. Una baja y completamente volcada al jardín, revestida de vidrio y donde el hormigón no llega a tocar el suelo más que en zonas puntuales; y otra alta, cerrada al exterior.
Comunicados por una pasarela que atraviesa el jardín en la planta baja, los dos volúmenes que dan forma a la casa se manifiestan en cambio independientes en la planta alta. Como islas elevadas, asoman entre los tres árboles que enmarcan la parcela, dándole el aspecto de santuario.
Convertida en soporte estructural y revestimiento, la piel de hormigón se separa de las estancias más privadas en la planta alta. Llenos de vegetación y luz, y con el cielo como telón de fondo, patios privados sumergen a los habitantes en la naturaleza sin por ello renunciar a la privacidad.
Conectados por el patio central y el jardín orientado a Norte, los espacios vivideros disfrutan de abundante luz natural. La concatenación de arcos que los envuelven añade una inesperada sensación de ligereza, sin por ello tener que renunciar a la privacidad frente a las vistas vecinas.
Para conservar el mismo lenguaje en toda la casa, los tableros de madera del encofrado se han reutilizado en los muros perimetrales que envuelven la parcela. «El objetivo era el proporcionar un fuerte sentimiento de santuario, un refugio donde evadirse del día a día», cuentan los arquitectos. Un espacio donde esta sensación íntima y de recogimiento se equilibrase con el necesario nivel de apertura y continuidad entre los espacios de la planta baja.
La restricción material que caracteriza el proyecto no es accidental, sino que trata de fortalecer la experiencia del lugar. De latón, madera y hormigón, las barandillas y manijas de las puertas se dejan envejecer al contacto con la naturaleza y el cuerpo humano.
La casa apuesta por principios pasivos de diseño solar. El retranqueo de la fachada de vidrio respecto a la piel de hormigón proporciona un alero pasivo en la fachada norte. De esta forma, se permite que el sol inunde los espacios habitables en invierno, protegiendo en cambio el interior del calor en verano.
El interior se aprovecha también de la importante masa térmica de los muros de hormigón; y los pavimentos de hormigón, con calefacción hidráulica, ayudan a retener el calor de la luz solar que en invierno penetra directamente. La ventilación cruzada permite mantener la casa fresca durante los meses de verano. Junto a los paneles solares fotovotaicos, en la azotea se ha instalado un sistema de calefacción solar para la piscina.
Fotografía: Ben Hosking