Olafur Eliasson vuelve a la Tate con In Real Life.
La Tate Modern de Londres repasa la trayectoria profesional del aclamado artista nórdico Olafur Eliasson con In Real Life. Más de 40 obras-instalaciones realizadas durante tres décadas que nos invitan a reflexionar sobre la interacción humana con la naturaleza.
El artista del atardecer en la Tate
Han pasado dieciséis años desde que Olafur Eliasson acaparara la atención de los amantes del arte contemporáneo y otros curiosos con su famosa instalación The Weather Project (2003) en la gigantesca Sala de Turbinas de la Tate Modern. Entonces, más de dos millones de visitantes se acercaron para tumbarse bajo el atardecer artificial (o sol naciente para otros) que el artista danés construyó con lámparas amarillas, un espejo gigante sobre el techo y humificadores.
Hoy Olafur Eliasson vuelve a la Tate con una retrospectiva que engloba más de 40 obras realizadas durante tres décadas de trabajo. Esta vez lo hace en las salas del nuevo edificio anexo proyectado por Herzog & de Meuron.
In Real Life. Olafur Eliasson. Tate Mordern, 2019
In Real Life, comisariada por Mark Godfrey y Emma Lewis en estrecha colaboración con el estudio de Eliasson, es la culminación de un artista centrado en los elementos de la naturaleza (musgo, niebla, arco iris, agua…) y en la interrelación de los humanos frente a ella. Una reflexión que concluye en lo que todos imaginamos: una crítica al cambio climático. El momento no puede ser más oportuno.
La estrecha relación del artista con el mundo natural se remonta a su propia infancia. Nacido en Copenhage en 1967, Eliasson se crió en Islandia, rodeado de algunos de los paisajes naturales más impresionantes del mundo. Éstos forman parte de sus fotografías, esculturas, instalaciones arquitectónicas y pinturas y son el punto de partida para invitar al espectador a la interacción.
Experimentar por uno mismo
In Real Life no tiene un recorrido único, ni orden cronológico. El espectador decide cómo visitarla a través de las distintas experiencias sensoriales de cada instalación. No se trata de una exposición compleja que solo los eruditos en arte pueden comprender. Más bien lo contrario. Se trata de que cada uno viva su propia experiencia en tanto que individuo-obra-naturaleza. De hecho, los niños disfrutan de lo lindo, especialmente con el juego de luces brillantes y proyecciones de la pieza Your Uncertain Shadow (Colour), 2010.
En Moss Wall (1994) el espectador se encontrará con una gran pared tapizada de musgo de reno escandinavo, que sobrevive gracias a la humedad ambiental y «las caricias de los humanos».
Din Blinde Passager (2010) muestra un pasillo nebuloso de 39 metros. A lo largo del recorrido, con una visibilidad cegadora de apenas 1,20 metros, la luz va cambiando de color. Es una obra totalmente absorvente en la que a uno no le queda otro remedio que olvidarse de la vista confiar en el resto de sentidos.
Por otro lado, Wavemachines (1995) es una máquina que replica el movimiento de las ondas en el agua.
Y Your Spiral View (2002) es el sueño de los instagramers: un túnel caleidoscópico, donde infinidad de espejos crean un atrayente efecto óptico.
Más allá del museo
La exposición sale más allá del interior del museo. En el exterior se encuentra una de las piezas más atractivas, Waterfall (2019). Una cascada artificial de 11 metros de altura elaborada a través de andamios.
In Real Life se expande, también, hasta el propio restaurante de la Tate, que durante estos meses ofrecerá un menú vegetariano orgánico y local ideado por el estudio del propio artista.
Pronto en España
La exposición permanecerá en la Tate Modern de Londres hasta el 5 de enero 2020. Posteriormente, a partir del 14 de febrero se podrá visitar en el Museo Guggenheim de Bilbao, hasta el 21 de junio 2020.
Fotografías Anders Sune Berg