Villa Clementina, el hotel más encantador de Navarra.
A solo 20 minutos en coche desde Pamplona, en Murillo de Lónguida, descubrimos uno de los hoteles más encantadores de Navarra. Se llama Villa Clementina. El edificio, original del siglo XIX, fue reformado en 2010 por el arquitecto Fernando Oiza, que diseñó una rehabilitación respetuosa, a la par que moderna. Ha conseguido mantener la atmósfera decimonónica de la antigua casa indiana combinada con una arquitectura e interiorismo contemporáneos.
Sus orígenes
La finca fue construida en 1888 por Esteban Ancil, un adinerado aventurero navarro. Su estructura y ornamentos reflejan la época dorada del modernismo, que por entonces abarcaba todas las artes, especialmente la arquitectura. Su nombre original fue Villa Lónguida.
Tras varias décadas cerradas, los hermanos Oiza-Redin, descendientes de Ancil, recuperaron el edificio familiar con la idea de reconvertirlo en un hotel único en Navarra, de cuatro estrellas. La rehabilitación empezó en el año 2009 y culminó con su apertura en el 2010 rebautizada como Villa Clementina, en honor a Clementina Redin, la sobrina-nieta del propietario.
Arquitectura moderna y respetuosa
En Villa Clementina el pasado convive con el presente. Su interiorismo combina con maestría molduras y ornamentos de antaño con mobiliario de diseño contemporáneo. Entre otros, encontramos diseños icónicos del S.XX de Jacobsen y el matrimonio Eames, así como piezas de la serie Haller de USM.
«Siempre tuve la sensación de que USM iba a encajar a la perfección con lo que estaba buscando, un equilibrio por antagonismo«, comenta Fernando Oiza. Y añade «la serenidad que transmite la serie USM Haller es el contraste perfecto para unos espacios tan ornamentados». Precisamente es la atemporalidad de este mobiliario va en sintonía con la filosofía de la casa.
Tan solo 9 habitaciones
Villa Clementina cuenta exclusivamente con nueve habitaciones, cosa que lo convierte en un lugar ideal para huir de la muchedumbre. Todas ellas son lujosas suites sin barreras arquitectónicas. La bañera está integrada en el dormitorio, invitando a la fusión del placer del descanso y la relajación mientras se disfruta de las espectaculares vistas al campo.
Los salones
El romanticismo impregna la planta noble de la casa. En ella se suceden diversas salas y salones encadenados con salida directa al jardín. Entre las distintas estancias, los huéspedes pueden disfrutar de un luminoso comedor común, una sala de lectura, un living room y una sala multidisciplinar.
El jardín
Villa Clementina está rodeada por 3.000m2 de jardín. Sus árboles, prados y pozas añaden -más si cabe- un encanto extra a este hotel boutique en el que evadirse del mundo cosmopolita. El idílico entorno de la finca invita a desconectar de todo con un baño en las pozas, un paseo por la huerta, una siesta al atardecer o una buena lectura sumergido en un paraje natural único.
Calle La Asunción, 9. Murillo de Lónguida, Navarra.