EspacioSOLO, arte urbano en movimiento.
Sin un programa determinado, espacioSOLO nace como un lugar en permanente cambio. «El proyecto arquitectónico se desarrolló en paralelo a la confección de la colección SOLO. De esta forma se logra que arquitectura y arte constituyan dos ejes del mismo proyecto», cuentan los arquitectos.
Ocupando 1.300 metros cuadrados de la primera planta del edificio diseñado por Secundino Zuazo en la Plaza de la Independencia en Madrid en la década de 1920, espacioSOLO va mucho más allá de una galería de arte, un museo pequeño o una fundación privada. Es un lugar de trabajo, un espacio multiformato que conecta personas.
La diversidad del arte contemporáneo
Su colección reúne obras de artistas consagrados y emergentes de veinte países, reflejando así la gran diversidad del arte actual. Se da cabida de esta forma a un panorama artístico ligado a los movimientos post-pop y post-street-art en todos sus formatos. «Queremos acercar los artistas a la gente, ilusionar a los más jóvenes con el mundo de la creatividad, estimular mil conversaciones, explorar nuevas formas de mirar y de pensar», señalan desde el centro.
El proyecto tamiza la abundante luz natural que atraviesa las grandes ventanas del edificio original. Para ello, los arquitectos han diseñado un sistema de protección y ocultación. Además de evitar la insolación directa de las obras, se logra aumentar la superficie útil de pared para exposición.
Como una gran ciudad
El interior se organiza en corredores que reproducen las calles y plazas de cualquier ciudad. Como en ella, los anchos varían, dando lugar a espacios muy diversos. Desde los estrechos pasajes a la gran plaza. En todos ellos, suelos de hormigón, paredes de paneles industriales de cemento y fibra de madera envuelven el arte urbano de la colección. Todo ello matizado por una muy cuidada iluminación.
El recorrido se llena de muy distintos espacios. Desde las austeras salas de exposición de corte museográfico, a espacios amueblados de carácter doméstico. Además de espacios técnicos y otros de gran altura para albergar las obras de gran formato. Entre ellos el vestíbulo, abierto a la ciudad, o el auditorio. Éste culmina la visita en una configuración envolvente del recorrido que recuerda una banda de Möbius. De esta forma, el interior se traduce en una experiencia de movimiento continuo que resulta de una colección en permanente transformación.
El proyecto ha sido elegido por el Colegio de Arquitectos de Madrid como uno de los ganadores de los premios con los que anualmente reconoce los mejores proyectos.
Fotografía: Javier Callejas y EspacioSOLO