It’s a wonderful Ice Cream World!
Diseño de diferentes épocas, formas y estilos: desde los ornamentales moldes del siglo XVIII para presentar los sorbetes italianos hasta la oda de Andy Warhol al cucurucho de barquillo. Todo cupo en la terrina.
La exhibición, bajo el nombre de It’s a wonderful Ice Cream World, cerró las puertas hace unos días, coincidiendo con el final del London Design Festival 2018. Así que como parte de lo visto estos días en la capital británica, y dada su originalidad, os mostramos algunas de sus curiosidades.
Comisionada por el estudio de diseño y consultoría Bompas & Parr, la exposición mostró la mayor parafernalia dedicada al tema hasta el momento.
Hasta 1.400 objetos, muchos de ellos expuestos por primera vez pero que reunidos en un mismo espacio permiten observar la evolución de los helados en los tres últimos siglos y de cómo han invadido la cultura popular.
Pero más allá de los objetos curiosos, como los penny licks (los vasitos de cristal con los que se servían los helados en los puestos callejeros del Londres del siglo XIX, los cuales se podían devolver en acabar el contenido), la exhibición del British Museum of Food destacó por ofrecer una serie de experiencias multisensoriales e interactivas para los visitantes.
Así pues, en una cueva futurística luminiscente, los más atrevidos podían adentrarse en una cámara para saborear la temperatura del hielo o degustar (y aquí ya en sentido literal) la niebla de vainilla.
Los helados del futuro
Cabe destacar la participación de la marca comercial Ben & Jerry’s – a través de sus helados light Moo-phoria – y el estudio Bureau of Extraordinary Affairs en una de las actividades más sorprendentes: monitorizar las ondas cerebrales mientra uno se comía un helado y visibilizarlas mediante un dispositivo de rayos luminosos en el techo. Una manera original, y científica, de comprobar si el sabor gusta o no.
Por cierto, una última curiosidad: ¿sabíais que las bandas criminales de Glasgow operaron en los años setenta y ochenta a través de las camionetas de los helados? Digamos que, en aquella época, la música en voz alta que anunciaba la llegada del ‘hombre de los helados’ no provocaba precisamente que los niños saliesen a la calle pitando.
Fotografías: Bompas & Parr.