La vida en rosa en un antiguo apartamento del Born.
La intervención llevada a cabo por este joven equipo italiano afincado en la misma ciudad ha permitido recuperar elementos antiguos de la casa y crear al mismo tiempo un espacio moderno y colorido en el que las formas geométricas y redondeadas se llevan todo el protagonismo.
El azul, el rojo y sobre todo el rosa juegan un papel tan importante como la distribución y algunos elementos estructurales de lo que ahora es un estudio de 65 metros cuadrados dividido en un recibidor, un luminoso salón-comedor con cocina abierta y un dormitorio.
Nada que ver con la distribución anterior, que incluía tres habitaciones y que dejaba la zona pública en el interior de la vivienda.
La entrada de la nueva propietaria, una joven diseñadora también italiana, lo cambia todo. Se recuperan los grandes espacios, los techos altos, las aberturas y las vigas primitivas de los edificios más antiguos del Born. Sólo se ha respetado el muro estructural entre la zona del dormitorio y el salón.
Ahora bien, gran parte del diseño arquitectónico gira entorno a una nueva pared, la única practicada. Un semi tabique que resguarda el interior de la vivienda del acceso de la casa pero permitiendo una sutil invitación a la misma.
El tabique tiene continuidad con una de las paredes laterales a través de un revestimiento de color azul. Además todo el recorrido esconde diferentes armarios así como una puerta para acceder al dormitorio.
Su preponderancia es también la manera de introducir las proporciones originales de la casa. Sobre todo mediante la abertura de dos metros y medio, a modo de corredor, a través de la cual se entra al salón.
Hasta aquí las formas son lineales, incluida otra pequeña abertura en el tabique que funciona como una especie de enorme mirilla cuadrada y que conecta con una ventana del salón que fue tapiada en su día y ahora se ha reabierto. Sólo una lámpara de pared en forma de globo rompe el esquema.
Las dos longitudes de estas aberturas también introducen el rosa que impera en el resto de la vivienda.
Todo al rosa
Una vez se cruza el corredor, las formas se vuelven redondeadas. De hecho, durante la construcción salió a la luz un semi arco en la pared original que, por supuesto, también se ha conservado.
En la parte izquierda queda la cocina abierta, la cual cuenta con una península redondeada a juego con la mesa del comedor. También se refleja en la encimera y en otro de los elementos más curiosos del estudio: un volumen de techo arqueado que guarda en su interior un pequeño aseo. Los arquitectos usaron esta fórmula para no restar espacio al salón.
El exterior del volumen es rojo pero su interior también es rosa, al igual que el baño del dormitorio principal.
El equipo de CaSA se ha encargado también del proyecto de interiorismo. Ellos son quienes han diseñado las luminarias en forma de círculo – a través de la marca Metalware – y de reunir diversas piezas de mobiliario de formas orgánicas, como la silla Roll Club de Kettal.
Pertenecen también a la marca catalana las mesas Cala y Vieques. Estas acompañan otras piezas conocidas como la clásica lámpara Costanza de Luceplan.
Fotografías: Roberto Ruiz
Contratista: Global Projects