Neobio, un restaurante de cuento en Shanghái.
«Comer y cenar con niños es complicado», señala Li Xiang. Mientras los niños sólo piensan en jugar con sus amigos después de comer, los adultos sueñan con una sobremesa tranquila, en la que charlar con sus amigos. Para dar respuesta a todos, se ha optado por formas y colores que gustan a las madres y hacen que los más pequeños se sientan animados y relajados.
Un restaurante infantil lleno de globos aerostáticos y un antiguo castillo
Un cuadro imaginario, con un colorido globo aerostático elevándose desde un antiguo castillo, inspira el diseño del restaurante. Un homenaje a la vida y vitalidad de los niños, que da forma a la zona infantil.
El patrón que envuelve el espacio del comedor da forma a un castillo bidimensional blanco. Un guiño a la historia, que alberga el universo sobrio y relajado de los adultos.
Fuera de los límites del castillo se elevan los globos aerostáticos. Con distintos tipos de piscinas bajo ellos –con bolas, arena, juguetes, etc– se convierten en el escenario de juego perfecto para los más pequeños.
Una red de senderos sinuosos y transparentes
Senderos sinuosos y ondulados, por donde los niños trepan y gatean, conectan las distintas piscinas. Situados a una altura de hasta 2 metros, permiten a los padres caminar bajo ellos con total libertad.
Además de permitir a los niños jugar y divertirse, el diseño del espacio ha tenido en cuenta la psicología de los padres, que quieren poder ‘vigilar’ a sus hijos. Para ello, las mesas de comedor se han colocado estratégicamente en torno a las piscinas. Además, los senderos que las unen se han construido de un material acrílico transparente.
El contraste entre los dos mundos hace referencia a la relación entre padres e hijos. Un diseño que combina función y estética, y logra dar respuesta a las necesidades de todos sus clientes.
Fotografía: SHAO Feng