Hidden Tints, interiorismo arqueológico en Estocolmo.
«Fue al empezar las obras de reforma cuando nos dimos cuenta del gran potencial cromático que poseía el espacio» señalan los diseñadores, que enseguida descubrieron los colores originales –verde, rosa y blanco amarillento– de los viejos hornos. «Además, durante el proceso de restauración de las viejas tuberías, salió a la luz la pintura amarillo mostaza que antiguamente había cubierto las paredes del edificio primitivo, iluminando de nuevo el espacio».
Con una paleta de 8 tonos generada a partir de los colores originales que durante años habían permanecido ocultos, la intervención trata de alterar lo mínimo posible el espacio primitivo. Para ello, todos los elementos han sido cuidadosamente colocados en los espacios que quedan libres entre los antiguos ornamentos, con los cabinets – diseñados específicamente para este espacio – flotando sobre las paredes.
Los únicos dos nuevos muros que se añaden al espacio original utilizan la misma estética que los cabinets, una superficie chapada con la que se reproduce el patrón del parquet original de una de las habitaciones en esquina.
Los pocos pero fuertes rasgos que definían el edificio original han servido de base para que el estudio de diseño sueco haya creado este elegante proyecto. Un espacio sereno y lleno de color, que inspirado en su esplendor original acoge una vivienda llena de personalidad, donde conviven muy distintas épocas y estilos.
Fotografía: Note Design Studio