Arquitectura para tres jardines en Kuwait.
El primer paso fue colaborar estrechamente con la familia que iba a vivir en ella y establecer una clasificación de las actividades que realizaban al aire libre, durante el día o la noche, y en invierno o verano.
De esta manera, se decidió jugar con la altura y ordenar en niveles los usos exteriores, dependiendo del momento del año y de la hora del día en que se desarrollaban. Para ellos se diseñaron tres jardines muy distintos entre si.
En la planta baja, de acceso, se encuentra un Jardín Húmedo que permite activar otros espacios en las épocas más calurosas. En él se encuentran la piscina y algunas fuentes, recogidas entre las áreas más públicas de la vivienda.
Para conseguir el máximo frescor, el Jardín de Verano se ha enterrado a 4 metros bajo el nivel de la calle. A través de una lámina de agua, protegida por la inercia del terreno y las sombras arrojadas por el edificio, se produce la evapotranspiración que refrigera el aire que se eleva por convección hacia las plantas superiores.
Para los días de invierno y las noches más cálidas se ha dispuesto el Jardín de Invierno en la azotea. Una piel perforada recubre este espacio para protegerlo de la radiación solar directa y preservar su privacidad.
Estos tres jardines constituyen un espacio exterior unitario y se conectan, visual y físicamente, a través de escaleras que generan una serie de vacíos alrededor de los cuales se articula el resto de la vivienda.
Los espacios más sociales y los más íntimos de la familia se estructuran a través de la circulación interior de la vivienda, uno de los aspectos más importantes de este proyecto.
La circulación, tanto vertical como horizontal, en el interior de la vivienda, se caracteriza por su fluidez, y ofrece a los habitantes múltiples recorridos, más o menos directos, interiores o exteriores.
De esta forma se conectan visualmente todas las zonas públicas, dejando más protegidas y mirando hacia el espacio ajardinado las estancias más privadas.
Frente a la opacidad de la fachada exterior, revestida en piedra, se opone la total transparencia de los espacios que se vuelcan hacia el patio interior, para los que se ha escogido como recubrimiento un azulejo cerámico blanco que multiplica la luminosidad.
La misma piel perforada de la cubierta, una malla metálica deployé en aluminio anodizado, se ha utilizado para mantener la privacidad de los habitantes y filtrar la luz solar, protegiendo a la vegetación del agresivo clima kuwaití.
Fotografías: © Fernando Guerra – FG+SG