La realidad ilusoria de Escher visita Madrid.
Dirigida por Artemisa en colaboración con The M.C. Escher Foundation, y comisariada por Mark Veldhuysen, CEO de la M.C. Escher Company, y por Federico Giudiceandrea, coleccionista italiano y experto en la figura del artista, la exposición está compuesta por 200 obras del visionario holandés. Perspectivas imposibles, imágenes desconcertantes y universos aparentemente irreconciliables muestran al público una realidad subjetiva, a medio camino entre la realidad y la ilusión, que no deja nunca de sorprender.
Los números, las matemáticas y la geometría juegan un papel fundamental en la obra de Escher, que inspirada e influida por el arte de su época y del pasado no acusa el paso del tiempo y continúa fascinando y emocionando al público. Formado en la Escuela de Arquitectura y Artes Decorativas de Haarlem, donde aprendió los rudimentos de la escultura, el genial artista visitó en 1922 Italia y España –Madrid, Toledo y Granada–. Un viaje que marcó un antes y un después en su obra, con fuerte influencia en muchos de sus trabajos, especialmente en los relacionados con la partición regular del plano y el uso de patrones que rellenan el espacio sin dejar hueco alguno.
La exposición, que reúne varias obras maestras de este genio del surrealismo como Mano con esfera reflectante, Relatividad (o Casa de Escaleras) y Belvedere, se organiza en siete ámbitos: Primer periodo, Teselaciones, Estructura del espacio, Metamorfosis, Paradojas geométricas, Obras por encargo y Eschermanía.
Primer periodo hace hincapié en la relación de Escher con el Art Nouveau. Un periodo en el que tuvo especial importancia el que fue su maestro, Samuel Jessurum de Mesquita, con un marcado componente modernista que despertó en él un especial interés por la teselación o división regular del plano. La relación del artista con Italia, donde pasó varias temporadas entre 1921 y 1935, fue también fundamental.
Teselaciones se ve fuertemente influida por la segunda visita de Escher a Alhambra y Córdoba en 1936, que le indujo a estudiar meticulosamente las soluciones decorativas que caracterizan este excepcional conjunto de la arquitectura islámica.
Estructura del espacio muestra la fascinación del artista por las superficies reflectantes. Espejos curvos donde la esfera, que refleja los rayos procedentes de cualquier dirección, representa íntegramente el espacio que la rodea, con la particularidad de que los ojos del espectador están siempre en el centro. Porque, y cómo dejó escrito el propio Escher, «el Yo es protagonista indiscutible, a cuyo alrededor gravita el mundo». A la esfera se suma la alternancia entre figuras planas y figuras sólidas dentro de una representación teselar del espacio que no deja un solo espacio vacío, con posibilidades compositivas tan variadas como la de Profundidad (1955).
Metamorfosis juega con la división regular del plano, que para Escher era un instrumento para crear situaciones donde se entrecruzan elementos primitivos en contraste, formando un ciclo metamórfico. Obras donde elementos geométricos abstractos se transforman en formas concretas como ocurre en Verbum, donde las teselas se convierten en ranas, peces y aves, en representación de la tierra, el agua y el aire, en una alternancia continua entre el día y la noche.
Paradojas geométricas se centra en los aspectos científicos del arte de Escher, íntimamente unido a las matemáticas, que el genio holandés fue capaz de plasmar en imágenes.
La actividad ‘cotidiana’ de Escher, más centrada en cumplir las exigencias del cliente que en su investigación artística personal tiene su espacio en Obras por encargo. Encargos que él convertía en oportunidades para experimentar con soluciones que más tarde utilizaría en sus grandes obras maestras.
Eschermanía muestra la influencia del visionario artista en el mundo del cómic, la música, la publicidad o el cine.
La muestra, que podrá verse hasta el próximo 25 de junio, supone además una oportunidad inmejorable para visitar el Palacio de Gaviria, un impresionante edificio en el centro de Madrid del arquitecto Anibal Álvarez Bouquel, construido entre 1846 y 1847.
Exposición Escher
Palacio de Gaviria
Calle del Arenal 2
28013 Madrid