Premios Mies 2017 (III) los mejores hoteles y restaurantes.
La organización sólo ha escogido catorce proyectos para dicha categoría, y repasándolos, observamos que muchos tienen un punto en común: levantar nuevas construcciones sobre edificios adyacentes. Una catarsis de tradición y modernidad que se repite desde Portugal a Noruega.
Un búnker en Chequia
El Vrbatova bouda Chalet, en la República Checa, es el mejor ejemplo de cómo lo nuevo y lo viejo casan hasta conformar una personalidad propia. Situado en el Parque Nacional Krkonoše Mountains, el primer edificio se levantó en 1960 bajo la idea de albergar un refugio. Finalmente se convirtió en un hotel a 1.400 metros de altura. Sus nuevos propietarios buscaban desde hace años la manera de ampliar las instalaciones.
Los estudios IXA y Prokš Přikryl architekti presentaron una idea que finalmente obtuvo el beneplácito de la administración del parque. Los nuevos espacios se construirían en el exterior, donde antes estaban la terraza y la parada del autobús. La clave radica en el uso de tres materiales – madera, acero inoxidable y sobre todo hormigón – para preservar el aspecto de búnker rodeado de nieve.
Un pasillo en Noruega
Los premios Mies también han nominado a otro hotel en las montañas, el Sognefjellet, situado en la localidad del mismo nombre, en Noruega. En este caso se trataba de construir una prolongación que uniese los dos edificios existentes y conectar de paso los diferentes niveles de las instalaciones. El resultado es una nueva entrada, que sobresale y se caracteriza por su fachada parcialmente acristalada. La obra es del estudio Jensen & Skodvin Arkitektkontor as.
En Metz – Francia, un restaurante
El tercer ejemplo es la extensión del Centro Pompidou-Metz para albergar un restaurante. En este caso, no existe la confrontación entre lo viejo y lo nuevo ya que el museo abrió sus puertas en 2010. El reto aquí es más complejo. Esta sucursal del centro parisino supuso un revulsivo para la ciudad de Metz y sus alrededores. Estamos pues ante un icono arquitectónico. De modo que ante la necesidad de aumentar el espacio destinado a la restauración, se enfrentaron a un dilema: ¿Cómo afrontar la intervención?
La respuesta ha sido abogar por un edificio independiente y de un vocabulario arquitectónico completamente opuesto. Si el museo de Shigeru Ban destaca por sus grandes volúmenes y formas, el anexo busca pasar desapercibido mediante una fachada transparente y un techo casi inexistente. De este modo adquiere identidad propia al tiempo que respeta la grandiosidad del museo, opina el equipo de Studiolada Architects.
Para Portugal, escogemos el camping
Por último, en cuanto a anexos, nos quedamos con el Camping de Abrantes, en Portugal. El nuevo edificio surge tras el cierre del negocio debido a su degradación. Pero ahora, al añadirle casi la misma extensión que ocupaba el anterior, se ha podido crear un proyecto nuevo con mayores infraestructuras y que ha recibido una nominación de los Premios Mies por una estructura continua y unificadora, que sobresale por una fachada fluida y orgánica a lo largo de todo el edificio. Atelier Rua ha sido los encargados de desarrollar el proyecto.
Sicila, Italia. Un espresso cargadito
Mención también al café-bistró en los suburbios de Ragusa (Sicilia), donde aquí de lo que se trata es de aprovechar un anexo que ya existía – en este caso las antiguas taquillas de un complejo polideportivo – para darle un nuevo uso sin cambiar su forma.
Croacia y Eslovenia, sobre las rocas
Otra tónica que comparten los proyectos seleccionados bajo la categoría de Food & Accommodation es la relación que establecen con el entorno. La mayoría opta por formas y materiales que los llevan a destacar en medio de la naturaleza aunque su intención sea la de integrarse. Es el caso del Hotel Pino Nature, en Sarajevo, del estudio Studio Zec o el refugio alpino de la montaña Skuta, en Eslovenia, de OFIS Arhitekti y Harvard GSD.
Georgia, esquiamos sobre el lago
Luego están aquellos proyectos que van más allá de la arquitectura tradicional, hasta convertirse casi en esculturas. Hablamos del embarcadero flotante que el estudio de David Giorgadze Architects ha creado en el lago Kvareli, Georgia. Destinado para la práctica de esquí náutico o como punto de contemplación, sobresale por su estética lineal.
Vale da Cambra, Portugal. Un hotel aldea
En el lado opuesto están las rehabilitaciones que mantienen sus orígenes en el exterior pero que por dentro aplican un tratamiento contemporáneo. El caso más llamativo es la aldea de Trebilhadouro, perteneciente a la localidad portuguesa de Vale de Cambra. Se trata de un complejo de nueve pequeñas casas, muy próximas unas de otras. Esto hizo que el arquitecto Andre Eduardo Tavares apostase por una intervención homogénea y coherente para todo el grupo, teniendo en cuenta, además, que la zona es ahora un complejo turístico rural.
Acabamos con un palacio en Estambul
Por último, os mostramos la rehabilitación que el estudio Cafer Bozkurt Architecture en los baños turcos de Kılıç Ali Pasha, en Estambul. Se trata de un edificio construido en 1580 bajo el imperio otomano que más tarde cayó en el olvido bajo capas de materiales e intervenciones. Ahora, su estructura original vuelve a brillar pero por dentro lo ha dotado de tecnología moderna e infraestructuras manteniendo el ambiente original.
Todos los proyectos y fotografías: Fundació Mies van del Rohe
Seguiremos informando sobre es más importante premio de arquitectura europeo. Stay Tuned!