Casas geodésicas: económicas y de forma semiesférica.
Expertos consultados:
Pablo Carbonell, arquitecto en Ecoproyecta
Mario Turégano, creador de Midomo
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Reducción del coste de construcción
Pablo, de Ecoproyecta, señala que el sistema consigue optimizar mucho la estructura, necesitando poco material comparado con otros sistemas, y además al estar formado por barras relativamente pequeñas y moduladas el montaje es sencillo y rápido. Los triángulos se montan previamente en el taller y en dos o cuatro días se levanta la cúpula.
Aunque es difícil estimar un precio medio por metro cuadrado, porque depende de variables como los materiales utilizados, las instalaciones integradas o el lugar donde se construye, el arquitecto afirma que “en cualquier caso se podría dar un precio mínimo de unos 600€/metro cuadrado para una vivienda básica terminada con todos los requerimientos del código técnico de la edificación”. Mario, por su parte, apunta que “hay que tener en cuenta que uno mismo se puede construir una parte, reduciendo así gastos”. Él mismo oferta cursos para aprender a hacerlo.
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Más ventajas
El responsable de Midomo recalca que la geodésica es una de las estructuras más fuertes que se conocen. “Resisten bien frente a fenómenos meteorológicos como terremotos o huracanes. Es por esto que se han construido varios en la Antártida. Además, la ventilación es excelente pues el aire fluye continuamente de abajo hacia arriba y al centro, reduciendo así la proliferación de humedades, hongos o bacterias. Y la acústica dentro de la cúpula es fenomenal”.
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Para Pablo, de Ecoproyecta, “interesa integrar la solución geodésica con una construcción medioambientalmente más sostenible, cuidando el uso de materiales naturales o garantizando un confort térmico sin mucho consumo energético. Esos son los aspectos que deben ser prioritarios a la hora de construir una vivienda de este tipo”.
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Sensación envolvente y gran calidad de la luz
La arquitectura prescinde de vigas y columnas, por lo que los espacios se pueden concebir abiertos, sin divisiones, generando una percepción de mayor amplitud espacial. “Lo interesante es que una cúpula te permite introducir la luz desde cualquier punto de la envolvente. De esta forma es posible disfrutar de luz natural desde cualquier orientación, incluso cenitalmente”, detalla Pablo.
“Asimismo, los dibujos que forman los triángulos nos permiten crear unas entradas de luz muy atractivas”, apunta Mario.
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¿Transportables?
Por la estructura de la cúpula, este tipo de viviendas no requieren necesariamente estar ancladas al terreno, porque los esfuerzos horizontales (viento o terremotos) nunca la harían volcar. Así pues, en teoría podríamos llevarnos una cúpula de un lugar a otro con un helicóptero. Pablo nos cuenta que “Richard Buckminster Fuller (1895-1983) ya transportó cúpulas en helicóptero. Sin embargo, en la práctica una vez montadas las instalaciones de la vivienda esto sería más complicado. Otra cosa sería montar la estructura en taller y transportarla a un lugar de difícil acceso, esto sí podría ser interesante”.
Mario aporta una alternativa para trasladar de lugar únicamente la estructura: “dividirla en segmentos”.
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Un poco de historia…
El arquitecto que sistematizó el diseño y cálculo de las cúpulas geodésicas fue Richard Buckminster Fuller (en la foto) a medidos de siglo XX. Pablo destaca: “Quizá una de sus construcciones emblemáticas fue el pabellón norteamericano para la Exposición Mundial de Montreal en el año 1967, que tiene 67 metros de diámetro y sigue en pie a día de hoy. Otro edificio conocido es el invernadero The Eden Project: The Biomes, diseñado por Nicholas Grimshaw en Cornwall, Reino Unido”.
En España, destaca Emilio Pérez Piñero: responsable, por ejemplo, de la cúpula del Teatro Museo Dalí de Figueres, Cataluña.
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