Mecedoras y tumbonas de playa para trabajar en Madrid.
Ubicado en un área residencial del Norte de Madrid, el edificio original era una antigua fábrica de finales de los 50, con estructura de acero y fachada de ladrillo. 5.600 m2 repartidos en tres plantas, donde Studio Banana debía alojar a los cerca de 550 empleados de la conocida agencia en Madrid y reformular su identidad (McCann 2021), a partir del rediseño de su espacio y dinámicas de trabajo.
«Desde el principio trabajamos en continua colaboración con el cliente, escuchando todas las voces implicadas y dando respuesta a las diferentes culturas de trabajo, que luego unificamos bajo una sola identidad» explican desde Studio Banana, para quienes la arquitectura no es sólo el espacio construido, sino también la atmósfera generada y las experiencias que ésta propicia.
El diálogo entre el espacio industrial preexistente, el espacio construido –los huts– y los espacios abiertos entre ellos da forma a las nuevas oficinas. Una intervención en la que los arquitectos llevaron a cabo lo que ellos llaman una «labor de arqueología arquitectónica», desnudando el edificio y liberando los pilares de sus forros de hormigón, para dejar así a la vista las huellas del paso del tiempo. Los materiales poco procesados y las instalaciones vistas hacen referencia a la naturaleza industrial del edificio original.
Despachos, salas de reuniones, salas de proyectos para entre 2 y 4 creativos y salas de tele-meeting insonorizadas para llamadas, dan forma a los 63 huts que llenan el espacio, donde cada uso queda vinculado a una forma y materialidad concreta: sección en M y metacrilato para las salas de reuniones, cubierta a dos aguas y madera para los despachos, y cubierta a una agua y madera pintada para las salas de proyectos.
Los espacios de circulación se dilatan y pasan a ser parte fundamental del proyecto. «En ellos surgen pockets con diferentes personalidades –playa, picnic, recreo– que propician nuevas formas de relación –sofás, mecedoras, tumbonas de playa–» cuentan los responsables de la intervención.
Desde la forma de distribuir el programa y las actividades, hasta el look&feel a escala más cercana, es obra de Studio Banana, que ha llevado a cabo una intervención en 360º. Diseñadas por ellos y producidas por Nüssli, las mesas de trabajo incluyen una canaleta para instalaciones que acerca en cierto modo la naturaleza del espacio a detalles de menor escala, más cercanos al lugar de trabajo, incorporando la tecnología. Además de la señalética, diseñada específicamente y en línea con el lenguaje de todo el proyecto, y detalles como los pomos de madera que permiten apropiarse de ciertas paredes.
En una apuesta clara por la sostenibilidad, se han empleado 20 toneladas de madera procedentes de bosques ecológicos del centro de Europa, fruto de una fructífera colaboración en la fase de ejecución con la empresa constructora suiza Nüssli. «Queremos que el trabajador se apropie del espacio, que lo haga suyo, y para ello hemos creado paredes de whiteboard y paredes de madera microperforada para colgar objetos, colocar notas, hacer murales, etc» señalan.
Fotografía: Rubén P. Bescós