La vivienda milanesa de los bloggers ‘Chic Fish’.
El estilo y la decoración retro es la pasión, y el modo de vida, de Anna y Giovanni. La pareja de bloggers detrás del exitoso The Chic Fish tienen en su propio hogar –un apartamento de finales del XIX de 110 metros cuadrados– su banco de pruebas. Anna y Giovanni disfrutan con un vintage muy particular que mezcla lo antiguo con lo industrial en perfecto equilibrio. ¿Cómo? Por ejemplo –y sólo es uno–, haciendo convivir las baldosas de porcelana tradicional con un ventanal de la fábrica de coches Fiat.
De un vistazo
Quién vive aquí: Anna Carbone y Giovanni Gennari, con su hijo de 18 meses, Tito
Situación: Milán
Autor de la reforma: The Chic Fish
Superficie: 110 metros cuadrados, con cocina, salón, un estudio, dos dormitorios, un vestidor y dos baños
Anna y Marco son dos profesionales del mundo del diseño y de la comunicación que viven volcados en una pasión común: coleccionar objetos antiguos en su mayoría anónimos.
Desde The Chic Fish, el blog que comenzaron en 2011, ofrecen un servicio de asesoría sobre aspectos relacionados con la restauración de mobiliario y la decoración vintage. De hecho, su propia casa en Porta Génova, Milán, es la materialización de esos principios decorativos.
Aquí te contamos cómo esta pareja ha reinterpretado el estilo vintage bajo nuevos criterios de investigación y experimentación.
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La historia de Anna y Giovanni –que también es la de The Chic Fish–, empezó por una pasión compartida por visitar los mercadillos de antigüedades.
Los dos amigos comenzaron rebuscando en todos los sitios y los circuitos dedicados a objetos antiguos, primero en Milán; luego, ampliando su ruta por toda Italia. Un fin de semana tras otro, impulsados por su amor al estilo retro, los dos se convirtieron en pareja –también en la vida personal– con la aspiración de desarrollar un proyecto común.
A la hora de vivir juntos, eligieron un apartamento en el barrio milanés de Porta Genova. Concretamente, en un edificio de finales del siglo XIX.
Se decantaron por una casa antigua por dos motivos: para albergar sus colecciones de objetos retro, pero también para experimentar con nuevas ideas y usos decorativos.
Empezar la reforma fue como destapar la caja de Pandora: El suelo estaba cubierto con un laminado feo. Anna y Giovanni no podían ni siquiera elucubrar sobre qué tipo de pavimento original se encontrarían.
En cuanto a las paredes, eliminando las capas viejas del enlucido quedó una textura interesante que decidieron dejar a la vista.
Paralelamente al trabajo de restauración de la casa –que desgraciadamente no puso al descubierto ningún pavimento original–, comenzaron una investigación meticulosa sobre materiales de suelos antiguos.
Con sus listas de proveedores, Anna y Giovanni consiguieron hacerse con un surtido de baldosas de porcelana tradicional Clementine, con un aspecto descolorido auténtico.
Para el suelo de parqué, reciclaron e instalaron algunos tableros de andamios: Material de poca calidad pero con historia.
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El estudio fue la primera estancia que se reformó por completo. Originalmente este espacio –al que se accede desde la puerta principal– era el baño más grande del apartamento. Anna y Giovanni planificaron esta zona para aprovechar al máximo la luz natural: Reemplazando el muro que separaba el antiguo baño del pasillo por uno de vidrio, se mejora la distribución del apartamento.
Aquí, entre las baldosas de porcelana reciclada de Clementine y la decoración del papel de pared con motivo de abejas, nacen las ideas que vemos en su blog.
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En la zona dedicada a la sala de estar, un ventanal industrial separa la sala de estar de la cocina: Una pieza imponente procedente de Lingotto, en Turín, la fábrica de producción de coches Fiat. Los dueños quedaron prendados de ella y la buena noticia fue que las dimensiones eran perfectas: Tenía la misma altura de su sala de estar.
Tuvieron suerte también con la cocina, en la que dos antiguos bancos de carpintero se convirtieron en los armarios; en este caso, las dimensiones de nuevo encajaban.
Dos decoradoras ayudaron a Anna y a Giovanni con el dormitorio principal. Desarrollado mediante un software digital, el patrón decorativo se transfirió a una trepa para marcar las paredes. El efecto es como de papel antiguo y, aunque las paredes únicamente se han alterado de manera sutil, la apariencia general es totalmente distinta a como estaban antes.
Cables de corriente recubiertos e interruptores de seguridad de porcelana, dejan la instalación eléctrica a la vista, como en las casas antiguas.
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El baño integrado en el dormitorio ofrece el contraste más extremo de toda la vivienda.
Frente a la calidez de las otras habitaciones, sus paredes de cemento raspado y dejado a la vista, junto a la fontanería con tuberías de cobre visibles y una grifería roja, tienen una connotación industrial marcada y son deliberadamente espartanas. De hecho, da menos la impresión de un baño y más la de un garaje en desuso.
Aunque al principio resulta desconcertante, este concepto es novedoso y original.
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