Un nuevo faro ilumina los fiordos noruegos.
De carácter icónico e innovador, y convertida en un hito para la comunidad, la iglesia señala su función con una dignidad sacra y una forma reconocible, donde la torre de la iglesia, el santuario y la capilla son enfatizados por los planos angulares del techo. Inspirándose en la tradición local de las iglesias escandinavas de madera, se ha optado por un lenguaje basado en las formas de las montañas y los fiordos de la región, de geometrías y materiales claros y elementales.
Hundida en el centro, la cubierta se eleva hacia el perímetro, a través de planos triangulares que culminan en la torre de la iglesia, una suerte de faro con una cruz en su extremo más alto.
La madera juega un papel clave en el proyecto, a través del revestimiento homogeneo exterior en madera de pino predegradada que, con una coloración moteada, ayuda al edificio a mezclarse con el entorno; y el acabado de todas las superficies interiores, también en pino, esta vez decolorado.
Junto a la escalera de acceso principal a la iglesia, los arquitectos han construido un antiteatro abierto al paisaje donde tienen lugar distintos tipos de eventos. Ligeramente retranqueada, la entrada acoge a los visitantes, creando un refugio sobre sus cabezas que invita a entrar.
Aunque desde fuera y observando la fragmentada cubierta, la sensación es la de un edificio irregular, la iglesia se asienta sobre una sencilla planta rectangular. Organizada en dos plantas, aloja los espacios sagrados en el nivel superior y de acceso, mientras que las funciones culturales y administrativas se localizan debajo. Situadan un atrio interno, la escalera que comunica los dos niveles puede independizarse a través de grandes planos de vidrio deslizantes.
El edificio permite que la luz del día atraviese todo su volumen a través de ventanales altos y estrechos, reminiscencia de las antiguas ventanas ojivales, que maximizan la entrada de luz, disminuyendo el deslumbramiento. Por la noche, el cálido resplandor interior revela su actividad al exterior.
En el interior, donde se ha reducido al máximo la presencia de símbolos cristianos demasiado evidentes, las ventanas proporcionan vistas fragmentadas sobre el valle cercano. Situada en el extremo opuesto a la torre, es en la zona del altar donde el espacio interno alcanza su máxima altura libre.
Con una capacidad para más de 500 personas, en la iglesia se han sustituido los tradicionales bancos por sillas individuales de madera con estructura metálica. Líneas sobrias dan forma al altar, el púlpito y la pila bautismal, elevados todos ellos sobre delicadas patas metálicas y con una gran vidriera circular como telón de fondo.
Los arquitectos han cuidado con todo detalle las soluciones espaciales y materiales del un edificio que, además de albergar las reuniones de la comunidad cristiana, funciona también como centro cultural y sede de eventos artísticos y musicales.
Fotografía: Hundven-Clements Photography (cortesía de v2com)
Knarvik Community Church
Kvernhushaugane 19, 5914 Isdalstø, Noruega