CuldeSac diseña el vaso perfecto para Coca-Cola.
Junto a un grupo de mixólogos han creado lo que los propios diseñadores definen como «el primer vaso de trago lento para disfrutar entre amigos». Una nueva categoría en el mundo del mixing que, a diferencia del trago largo –mezcla menos alcoholizada y servida normalmente en vasos altos– o el trago corto –mezcla con más alcohol y servida en copas pequeñas–, se define como el que «ayuda a disfrutar del momento, manteniendo la copa en su punto perfecto de consumo durante más tiempo».
Presentado durante el pasado mercado de diseño y gastronomía Big Food Grrrreat Market, celebrado entre el 4 y el 6 de noviembre de este año en Matadero Madrid, se trata de un vaso que materializa la tendencia #UnpluggedMoments que recoge el I Estudio de Ocio con Amigos. Un movimiento que, como explican los valencianos, «ha pasado de la hiperconexión a través de la tecnología y el mundo de la eterna pose y el postureo, a la reconexión con los momentos presentes, mucho más reales. Nuestro objetivo era plasmar esto en un objeto material con el que compartir de forma relajada los mejores momentos de ocio con los amigos de verdad», afirma Pepe García, socio fundador de CuldeSac.
Combinar el tallado tradicional con un estilo moderno, sin olvidar por ello la funcionalidad y ni el disfrute, fue el objetivo que se plantearon los diseñadores a la hora de acometer el encargo. «El consumidor es cada vez más exigente y busca el punto diferenciador» añade Pepe García, que destaca la gran complejidad del proceso de elaboración del vaso, ya que, tras su manipulación, el cristal requiere de un sofisticado tratamiento térmico: se introduce en un horno que alcanza los 500 grados, en un proceso que dura aproximadamente 2 horas, y se deja enfriar hasta el día siguiente. Fabricado en borosilicato (pírex), un cristal resistente a todos los ácidos a temperaturas de trabajo, que mantiene el frescor de los líquidos, y cuya consistencia lo hace más grueso y robusto; el vaso se ha revestido con un anillo de madera, que además de transmitir calidez y textura funciona como aislante, manteniendo la bebida fría durante más tiempo.
«Se trata de que ningún trago sea igual, y que incluso la musicalidad del sonido del brindis también sea única» explican los creadores del vaso que permite disfrutar de la bebida de tres formas distintas. Una boca estrecha para beber con la boca más cerrada que conduce el líquido directo a la punta de la lengua, donde se encuentran los receptores dulces que potencian el sabor del refresco; una forma estriada –que puede impregnarse con alguna esencia o cítrico– por la que el líquido cae en forma de cascada, aireándolo y potenciando su sabor al mezclarse los compuestos volátiles con el oxígeno; y una forma de cuchara que encaja perfectamente con los labios, permitiendo que el trago vaya directo a la zona central o posterior de la lengua, donde se forma una cortina de aire que comunica directamente con los receptores olfativos.
Su forma irregular se inspira en que «los momentos auténticos no son perfectos, son únicos» afirman desde CuldeSac. Los diseñadores han huido de lo geométrico para apostar por líneas irregulares que recuerdan a lo natural. Además, el hecho de que el vaso apoye sólo sobre tres puntos reduce la superficie de contacto con la mesa, lográndose así que el líquido se mantenga frío durante más tiempo, y evitándose las incómodas y anti-estéticas manchas de humedad creadas por la condensación sobre las mesas.
Nada se ha dejado a la improvisación, y hasta las medidas del vaso, que con 80 mm de diámetro por 110 mm de alto, tiene una capacidad de 55-60 cl., son resultado de las recomendaciones de los mixologos para albergar el combinado perfecto: una botella de Coca-Cola de 237 ml (que no se deja a medias), junto con 3 hielos.
Fotografías: CuldeSac
