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TEd’A arquitectes reinventan la casa mallorquina.

Hace unos días os revelábamos los ganadores de la 58 edición de los premios FAD de Arquitectura. La alta calidad de todos los proyectos finalistas nos anima a publicar los que más nos han gustado, con todo lujo de detalles. Así, hoy os vamos presentar Can Jordi i n’Àfrica, de TEd’A arquitectes, una interesante vivienda situada en Montuïri, Mallorca, que se ha concebido bajo delicados argumentos de sostenibilidad y desafío conceptual.

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El solar no era muy grande, y los arquitectos decidieron compactar el edificio sobre uno de sus lados. Se siguió la alineación de la fachada a calle y se libberó el máximo de espacio para el jardín, en la zona más soleada. Al ser una parcela esquinera, en lugar de adoptar una distribución longitudinal más típica en las casas de pueblo, los espacios se han situado también en esquina. De esta manera, la casa mira hacia todas las direcciones.

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La estructura se resuelve con muros de carga situados en forma similar a una cruz; tampoco tiene una dirección dominante. Los servicios -baños y cocina- se han situado perimetralmente en la fachada, liberando el centro de la planta. Las visuales interiores adquieren de este modo unas amplias perspectivas.

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La distribución de las habitaciones coincide con los muros de carga, en los que se han abierto ventanas exteriores hacia la calle e interiores hacia las otras estancias. No existe diferencia entre unas y otras.

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En el solar existía una pequeña edificación de muros de marés, la bonita piedra arenisca local utilizada antiguamente en las construcciones. El sentido común llevó a los autores del proyecto a reutilizar estas piezas.

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Mediante su manipulación y recolocación se revalorizó el trabajo de los artesanos que antiguamente trabajaban esta piedra. Han quedado a la vista las regueras por donde se vertía el mortero que unía las piezas, hoy en día ya innecesarias.

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Ahora, el antiguo marés le da textura y carácter a la fachada de Can Jordi i n’Àfrica. Con el paso de los años esta bonita piedra arenisca absorberá la pátina del tiempo.

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Las viejas piezas, por una cuestión de cantidad, se combinan con piezas nuevas de la misma piedra extraídas de la misma cantera. Los nuevos bloques se han usado en los puntos donde la casa necesitaba aristas de más perfección, como los marcos de las ventanas o los remates de la cubierta.

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Así la casa es una nueva interpretación arquitectónica de un material de construcción tradicional, típico en todas las Baleares y otras islas mediterráneas.

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