El artista Biancoshock inventa la Web 0.0 en Civitacampomarano.
El italiano nos sorprendió recientemente con los alojamientos más chocantes de la Semana del Diseño de Milán, y a finales de abril presentó este proyecto al festival CVTA ‘Fest. Para los 400 habitantes de este pueblo, rico en tradiciones populares, Internet es un mundo parcialmente desconocido: los teléfonos móviles tienen dificultades para trabajar y la conexión de datos es prácticamente inexistente. La pesadilla de los adictos al móvil permite abrir los ojos a una realidad no tan lejana en el tiempo y que replantea nuestra visión sobre las costumbres y las relaciones actuales.
Por que… ¿no es Google la nueva cultura popular?
¿O twitter un reflejo de los antiguos cotilleos de pueblo?
La provocadora idea de Web 0.0 es mostrar que las funciones virtuales que son consideradas por la gran mayoría de la población algo necesario y esencial para la vida cotidiana, también existen en un día a día analógico. Las tradiciones y la cultura popular son el origen tangible, real, de estos instrumentos, por lo que siempre han existido. Además han permitido a personas y familias tener intercambios culturales simplemente reuniéndose en el bar, o paseando por las calles. Tal y como Google ofrece.
Vamos, hablando en versión siglo XXI: ¿Para que comprar en ebay cuando hay una tienda que lo tiene todo?
El colmado nos da su ‘feed’ cada día.
Una tele en el bar, mejor que un canal en YouTube
¿Qué es Gmail si no un buzón de correo?
Facebook, un tablón de anuncios para la actualidad.
La abuela, la mejor Wikipedia.
No se entiende un WeTransfer sin pensar en una mudanza…
…ni un WhatsApp si no hemos pasado antes por la cabina de teléfono.
Y Tinder… así es como se conoce la gente, dicen.
Y si se tiene algún problema, siempre está Avast! para curarnos las heridas… del ordenador.
Vamos, que antes había también redes sociales. Pero tenían otro ritmo, eso sí.