Rehabilitación: nueva vida a una curtiduría en Santiago de Compostela.
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La construcción había incorporado los vestigios de diversas edificaciones y muros que delimitaban huertos y caminos como elementos de su estructura. En los planos históricos se comprueba que originalmente la edificación y la parcela situada al norte de ésta formaban una unidad aislada y que la cota del terreno de ésta fachada mantenía la cara exterior del muro en planta baja al descubierto.
Del edificio original quedaban los muros de mampostería protegidos por una cubierta provisional, a un agua, de placas de fibrocemento ondulado. Se había modificado el terreno adyacente a una de las fachadas para mejorar la circulación. Las paredes de mampostería habían sido derruidas parcialmente y también el remate de otra de las fachadas; ambos habían sido arreglados con losas de granito. Había desaparecido uno de los cerramientos originales, y en su lugar habían construido un tabique de fábrica de ladrillo. Los grandes huecos de la fachada norte, característicos de este tipo de edificaciones por estrategias de ventilación, también estaban tapiados.
La propuesta recupera el volumen de la cubierta original, a dos aguas. No se llega a reconstruir el volumen completo, enfatizando así el carácter de pieza inacabada abierta al parque. La planta de acceso se sitúa en la cota original.
Se recupera, en parte, la topografía original en la fachada norte con objeto de facilitar, ahora, la accesibilidad y la habitabilidad del edificio. Los huecos tapiados de esta fachada son ocupados, en el nuevo proyecto, por unas cajas de madera que se proyectan hacia el exterior. A éstas se accede desde una plataforma que se instala como un mirador dentro del parque. Esta disposición permite una permeabilidad que establece una relación directa del edificio con el exterior y sugiere diversas posibilidades de uso.
En el límite oeste se desecha la opción de reconstruir o completar la fábrica granítica. Un cerramiento de madera y vidrio acoge la escalera, un gran hueco acristalado en planta alta y el acceso de planta baja. Estos elementos se organizan en distintos planos manteniendo la sensación de construcción inacabada y enfatizando su permeabilidad y direccionalidad.
En el interior, los distintos tipos de madera, junto con los paneles absorbentes de los techos y los de virutas orientadas de las cajas se presentan bajo un orden que responde a sus dimensiones y al carácter seriado de la edificación.
La disposición de la escalera en la planta, cerrada a la altura del primer tramo, y la solución del forjado intermedio que resuelve el aislamiento térmico y acústico, facilitan la posibilidad de un funcionamiento independiente de ambas plantas.
Toda la estructura horizontal se soluciona con piezas de madera apoyadas sobre los muros existentes que, en la fachada norte, se sostienen con elementos metálicos.
Fotografías: © Luis Díaz Díaz