La rehabilitación de una ‘casa de la pradera’ en Canadá.
Para subrayar las horizontales, se dio gran importancia al diseño de la circulación en el interior del espacio, a las vistas, y se resaltó la presencia de determinados volúmenes existentes.
Algunos elementos, como la enorme chimenea central de piedra natural, se conservaron para preservar el alma de esta vivienda con una gran historia familiar.
En el exterior, la horizontalidad se refuerza con las terrazas situadas en los extremos, protegidas por la misma cubierta continua de toda la vivienda.
La que se ubica en el noreste ofrece vistas a un pequeño arroyo y está comunicada con la cocina y el comedor, ofreciendo un agradable espacio para desayunar por las mañanas. En el otro extremo, a más de 33 metros de distancia, la segunda terraza está orientada al sur y está conectada con el gimnasio y la sauna, que están en el sótano. Alberga una cocina al aire libre, una chimenea, un comedor, una zona de relajación y un spa. La cubierta de madera, las mamparas separadoras de cedro y la vegetación, la convierten en un remanso de paz.
La combinación de piedra, mampostería y madera en la transformación de esta última terraza evoca al estilo de la casa original. Para incrementar la sensación cálida de su techo de cedro, la estructura de acero existente se ha reemplazado por otra de la misma madera. Los pilares y pantallas de este material relacionan la cubierta con el pavimento de cerámica.
El interior de esta vivienda familiar se transformó con la sobriedad y la elegancia de un espacio contemporáneo. Los materiales ligeros y los colores claros realzan la calidad y el volumen de los espacios.
También se potenció la relación interior – exterior, ampliándose los aberturas de la fachada sur en ambas plantas con el fin de ofrecer, en el corazón de la zona de estar, impresionantes vistas del río y del paisaje natural que rodea la vivienda.
Fotografías:© Adrien Williams
Reportaje cortesía de v2com