Premio Wheelwright o cómo investigar sobre arquitectura gracias a Harvard.
Este año, el jurado para el premio incluye al español Rafael Moneo, además de Mohsen Mostafavi, decano de la GSD, K. Michael Hays, Eva Franch i Gilabert, Jeannie Kim, Kiel Moe, y Benjamin Prosky.
El Premio Wheelwright está abierto a arquitectos emergentes de todo el mundo. El principal requisito para su elegibilidad es que los solicitantes deben haber recibido un título de un programa de arquitectura acreditado profesionalmente en los últimos 15 años (después de 2001), por supuesto, no necesariamente de la escuela de Harvard. Los solicitantes deben presentar un portfolio, una propuesta de investigación, y un itinerario de viaje que los lleve fuera de su país de residencia.
Entre los anteriores ganadores del premio, se pueden encontrar Erik L’Heureux, Singapur (titulado en 1996, Washington University, y máster por Princeton University en 2000), por su propuesta de estudiar la arquitectura y la densidad constructiva de cinco ciudades de la zona ecuatorial; José M. Ahedo, Barcelona (titulado en 2005 por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universitat de Catalunya), por sus investigaciones sobre la arquitectura y la organización de las estructuras relacionadas con la cría de animales; y 2013, Gia Wolff, Brooklyn (titulada en marzo de 2008 por Harvard GSD), por su estudio de las espectaculares estructuras flotantes temporales a escala urbana, que transforman Río de Janeiro durante el carnaval.
El ganador de 2014, un barcelonés de la ESARQ-UIC
Precisamente el proyecto de Ahedo es el que reclama más nuestra atención. Por proximidad y por originalidad, está claro. Fue escogido entre 200 candidatos de 46 países «por su claridad en identificar el potencial de la arquitectura y el diseño para dar forma a modelos de producción más sostenibles para una industria global». El proyecto le está llevando por Taranaki, Nueva Zelanda, para conocer al primer exportador de lácteos del mundo; a Mongolia, donde la mitad de la población vive de la producción; a las granjas tradicionales de Alemania y hasta a la cuna de las piscifactorías en China.
Su idea se inició con Blanca de los Pirineos, su primer edificio, situado en Hostalets de Tost (Lleida). Diseñado con el objetivo de relacionar productores, investigadores y consumidores, Blanca parte de la tipología convencional de las granjas remarcando conceptos como interacción y apertura. El complejo se divide en cuatro unidades en las que se realiza cada una de las funciones, y que se remarcan por colores.
Si crees que puedes tener la misma suerte que José M. Ahedo, no dudes en presentarte a este interesante premios. Calidad Harvard.
Toda la información, en la página web www.wheelwrightprize.org.