Hasta siempre Richard Sapper, el alemán que fue icono del diseño italiano.
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Con formación en filosofía, anatomía e ingeniería mecánica y graduado en ciencias económicas, Sapper se inició trabajando en Mercedes-Benz hasta que Gio Ponti le echó el anzuelo y se lo llevó a Italia, donde desarrolló su carrera. Puso su capacidad racional e innovadora al servicio del estudio primero de la leyenda, y posteriormente del suyo propio, asociado con Marco Zanuso y posteriormente en solitario, y también lo llenó de poesía germana. Entendía el diseño de los objetos como una combinación de funcionalidad y belleza a partir de líneas puras y necesarias, y eso lo llevó a la cumbre del diseño italiano.
Algunas de las piezas más representativas del diseño de los años 60, 70, 80, 90 y hasta nuestros días llevan la firma de Sapper. Sus trabajos son minuciosos, con cuidados acabados y afán perfeccionista, lo que le llevó a trabajar con algunas de las empresas más punteras del panorama internacional y a recibir hasta 10 premios Compasso d’Oro, entre otros muchos galardones.
Entre estos valiosos objetos de diseño podemos destacar la archiconocida lámpara Tizio de Artemide, sus múltiples teteras y otros diseños para Alessi, el rompedor diseño de ordenador Think Pad en color negro que creó como consultor de IBM, o la radioque junto a Zanuso creó para Brionvega… O también podemos destacar que se permitió el lujo de decir «no» a Steve Jobs cuando le ofreció encargarse de una ‘pequeña‘ empresa cuyo logotipo es una manzana, por no trasladarse a California… Una decisión de la que se arrepentiría porque «el actual diseñador [Sir Jonathan Ive] cobra la friolera de 30 millones de dólares al año».
En definitiva, una larga vida dedicada al diseño. Ahora nos queda comprobar sus palabras: «El tiempo es una de las pocas cosas que pueden definir la calidad de un objeto«.
Descanse en paz.