Cirera+Espinet reforman un piso en Barcelona con alma de buen diseño.
Como protagonistas de esta rehabilitación, una serie de bovedillas cerámicas sacadas a la luz en la zona principal de la casa, el salón comedor. Además y gracias a una nueva distribución realizada por el estudio de arquitectura Campos Hernansaez, se ha conseguido un espacio diáfano y más práctico, adaptado al modo de vida actual, eliminando tabiques, redistribuyendo espacios y sacando partido de la altura.
La sala de estar unida al comedor ha ganado de este modo en amplitud, y se ha abierto aún más a la calle gracias a sus enormes ventanales que aportan un extra de luz natural. En ella, el pavimento de hormigón pulido y los muros blancos son escenario ideal y discreto para demostrar que la estrella es el mobiliario, de cuidado estilo ecléctico y diversas procedencias.
Piezas creadas a medida por los arquitectos se unen a verdaderos clásicos del diseño: sin ir más lejos, el comedor se amuebla con una gran mesa de Marc Hernansaez acompañada por una butaca Tulip de Eero Saarinen, la archifamosa silla con brazos de Marcel Breuer, varios asientos localizados en un rastrillo francés… y una Tripp-Trapp de Stokke para la pequeña de la casa, por supuesto.Y en el salón, un rincón está reservado para la lectura acomodados en la Lounge Chair de los Eames para Vitra.
La iluminación natural es clave, sumándole puntos de luz de alta calidad como la escultórica Orbital de Ferruccio Laviani para Foscarini, o un must como la Tolomeo de Artemide.
La cocina despliega encanto vintage y toque industrial por sus cuatro (más bien tres al estar abierta al comedor) costados. Mantiene el mismo pavimento que la sala, de mobiliario modular y con grandes espacios de almacenaje vistos para conseguir mayor personalización.
Las partes más privadas de la casa, los dormitorios y el baño, siguen el mismo estilo que el resto de la casa: tranquilo, confortable y relajado para hacer práctico lo elegante. El pavimento de madera es el mayor contraste.
El dormitorio principal juega con las texturas en la cama y las paredes. El toque personal se hace presente en la lámpara Parentesi de Achille Castiglioni o en la obra gráfica, también obra del arquitecto de la reforma.
El miembro más joven de la familia ya tiene preparado su espacio para cuando «abandone el nido» que es en la actualidad la habitación de sus padres. Un delicado papel de pared de Cole and Son protagoniza un dormitorio de carácter femenino pero alejado de cursilerías, en el que el mobiliario destaca por su funcionalidad y versatilidad. Stokke vuelve a dar una lección magistral en eso a través de la cama-cambiador. El icono del diseño en este espacio es la Elephant Chair también de los Eames, que hace las delicias de niños de todas las edades.
Fotografías: José Hevia